miércoles, 11 de agosto de 2010

"Tauromaquia" Relato para el jueves



Sólo había un televisor en todo el pueblo, en la taberna de Pedro que estaba frente a mi casa.
Allí se reunían los entendidos en las tardes de toros cuando desde la Maestranza se retransmitía la corrida.
Mi padre era “Currista” y yo, a mis siete años, “del Cordobés” (que ya a los siete me gustaban a mí los toros y hoy a mis 54 no tengo ningún trauma ni me veo mas inhumana que otros)
Tampoco, -si es lo que se pretende- voy a “entrar al trapo” con polémicas y si, ser muy respetuosa con todos los credos.
Habría mucho que discutir y no merece la pena colgarse medallas.
Como os contaba… frente a aquel televisor, en primera fila, aprendía a distinguir las diferentes suertes del toreo…

En las tardes de verano cuando oscurecía, los toros de la dehesa de Isaías y Tulio Vazquez, pasaban de un lado al otro del encerrado, bajaban a beber al arroyo y entre los cañaverales se miraban en el agua. Cuando el sol se ocultaba, confundiendo color de pelaje y noche, los erales caminaban despacio buscando cobijo en las jaras. Los chiquillos en silencio desde la cerca los veíamos pasar y yo, les explicaba lo que había aprendido refiriéndome al pelaje y a la forma de los pitones.
El mayoral montado en su caballo, vara al hombro, como un quijote, se recortaba en la sombra guiándolos…

Como algunos sabéis, soy artesana de bordados. A los dieciséis años me hicieron un encargo muy especial. Bordé mi primer capote de paseo. Ni puedo describir la emoción que encerré entre las puntadas de seda y oro.
El día que su dueño lo paseó por la arena de La Real Maestranza de Sevilla, se me amontonaron los recuerdos.
El corazón de albero se silenció.
Que Dios reparta suertes.

13 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Desde mi total ignorancia sobre estas costumbres y artes tan de ustedes, he disfrutado de tus recuerdos a través de la elegancia de tus letras.

Abrazos!

yonky dijo...

El estar conviviendo tan de cerca con esta costumbre arraigada hace dificil optar,pero mientras tanto,durante el transito usufructuastes los deleites de acompañar.

cariñitos

Un par de neuronas... dijo...

Te tenía sin poner en mis blogs amigos, imperdonable pero subsanado!!! Fiel seguidora tuya seré Rosa color!

Pues tienes razón, es difícil en algunos casos, desterrar lo vivido. Pero difiero en el respeto a todos los credos porque muy pocos de ellos son respetuosos con los que no los tienen. Pero hablo de dogmatismos o imposiciones y ESTE NO ES EL CASO DE LOS TOROS!!!

Besos, amiga.

casss dijo...

Un punto de vista delicado y profundo, como tus letras que hacía falta en este ruedo.
Por ello y tus entrañables recuerdos de infancia, muchas Gracias Rosa.

un fuerte abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Rosa, uf, me das aire, uf, me das poesía y belleza entre las jaras de niña observando a los toros.
Me das, ayyyy, otra opinión, o sea, ni credos ni dogmas, digo, respeto, que aunque manden no toros u ordenen toros por cojones, me quedo con tus delicadas palabras que merecen, así mismo, todo mi cariño y respeto.
Nunca jamás se ha visto tanto revuelo, ni en capotes ni en verbos, que a la plaza se va por gusto o por lo que sea, lo mismo que al futbol(eso no lo prohiben ni locos, no hay sangre, es "civilizado" es...y da, uf, a más sirve para cerrar cerebros y llenar bolsas como cualquier espectáculo desde el anfiteatro)

Te digo: por DUDAR sobre el tema, por poco los del credo NO, no me dan la estocada y me cortan las orejas, jamás vi tanto insulto soez, escupitajo (ambos prohibidos por la autoridad).
A tu vera, digo: mi padre iba a los toros...lo recuerdo, los recuerdos...¿tendré que someterme a análisis psicológico-freudiano-psiquiátrico? ¿tiene cura?. Yo he ido dos veces. Desterrar lo vivido o los recuerdos sería no saber quien somos, desde muuuuy lejos.
Besito especialmente cariñoso.
Amiga Rosa, me ha gustado este requiebro dicho con bellas palabras.

Medea dijo...

Felicidades por tu relato por ese respeto a los credos que tendría que estar presente siempre, si así fuera en temas tan polémicos como tauromaquia, política, religión, homosexualidad etc. quizás entonces todo sería mejor al menos…sería distinto
Felicidades por relatar así tus recuerdos, la esencia de lo vivido, felicidades por ese capote bordado y por la emoción que alberga en cada puntada, felicidades y besos

Alfredo dijo...

Bella imagen, esa, del anochecer, entre arroyos y cañaberales con mayoral recorándose en el fondo, para disfrute de los curiosos aprendices de adultos.

Relato bordado con hilos de tolerancia y respeto, como aquel tuyo que te hizo emocionar.

Besos

Susurros de Tinta dijo...

Si has leído mi relato sabrás que no tenemos los mismos gustos, pero si el mismo respeto para el que piense distinto, de la misma tierra somos y las mismas costumbres hemos mamado, a mi me dan pena los toros y por mucho que me han insistido, por más capeas a las que me llevaron de niña y corridas hasta que pude decidir por mi mism a no ir, no han conseguido conquistarme ni las luces de los trajes, ni el valor del torero, ni el arte del picaó, que sigo tomándome mi cervecita en la feria si me encuentro con los Campuzanos que son de mi puyeblo y dejo que en mi casa mi padre y mi tio pongan los toros a pesar de querer ver un documental estupendo o una película interesante, pero respeto a mis mayores y con ellos a que piensen distinto a mi, pero me siguen doliendo los toros, que no es radicalismo, que disfruto de un buen chuletón de vaca, pero sigo sin verle la gracia, soy así de rara, para decirte que el chuletón me lo como con cerveza, no me gusta el vino si no es con casera y mi padre si a un Valdepeñas le pongo casera me pone peor cara que si le digo, no se como podéis disfrutar viendo martirizar al pobre animalito... la sensatez, el respeto, la moderación la dan los años y la cultura, esperemos que quien te ha molestado y a mi me toca muy de cerca, consiga transmitir sus opiniones sin herir, un abazo apretujado y un par de besos a lo sevillano, con cariño y sinceros!

Anónimo dijo...

que dios reparta suerte...
porque yo, aparte de aficion, ya he puesto cuanto puedo de mi parte en mi faena.
Por lo demas, nunca me he metido con nuestra fiesta de los toros. Y mucho menos, si estoy fuera de Espana.
Y me hago algo aficionado a traves de la tele, bajo la mirada atenta de mi abuelo durante los anos sesenta. El Cordobes, El Viti, Diego Puerta.
Tambien he visto por las cercanias serranas de mi comunidad, a los bravos desplazandose por entre nuestros encinares, en compania de sus caballistas. Nunca parece un toro algo indefenso.

Tesalo

balamgo dijo...

Una preciosidad de cita, con mucho contenido.Enhorabuena¡
Abrazos.

Anónimo dijo...

rosa la de los dsastres...vengo cual esos toros a beber en tus paabras, vengo de estar fuera, en irun, por eso ando tan tarde en esta ñectura de los jueves...pero vengo, tras haberte leido para decirte que qué suerte ver a esos animales preciosos libres por el campoo, vengo para decirte que suerte ver brillar un...lechessss¡¡¡no recuerdo que boraste¡¡¡¡...en la maestranza...vengo para decirte que aun no se mucho de pelajes de toros y mira que me giusta el toreo...eso sí, en la plaza de la tele...vengo para decirte que estando en segovia cgi la bici de montaña campo a traves y vallas a saltar...y que cuando me quise dar cuenta arriba a unos metros, pocos, ahi estaban los bravos...¡¡¡si me ves volver a saltar las vallas, te descojonas...claro esta, bici en mano¿¿¿¡
mil besos.

Anónimo dijo...

He disfrutado mucho leyendo los recuerdos de tu infancia y me han evocado otros de cuando asistia a las plazas de toros de Barcelona, tanto Las Arenas como La Monumental en compañia de mi padre que "trabajaba" vendiendo las bebidas que, en las tardes de calor, tanto apreciaban los turistas que asistian a ver los festejos... Yo iba por estar y ayudar a mi padre, pero algo aprendi de esta fiesta al lado de él, que entre venta y venta, era el que me informaba de las distintas suertes de la fiesta.
Un abrazo

Ardilla Roja dijo...

Yo veía las corridas del Cordobés, Palomo Linares, Santiago Martín "El Viti",con mi padre y no me causó trauma ninguno ver morir a los toros, en cambio, si me concentro un poco aún escucho los gritos del cerdo en la matanza. Ya sé que no hay que mezclar churras con merinas; pero tu me entiendes.

Me gusta mucho como cuentas las historias.