domingo, 20 de abril de 2008


DE-SEN-TO-NA-DA

No debería haber venido a experimentar la verde angustia de sentirme lejos de todas las orillas, de aparentar verde charca para repelentes sapos verdes. Mis zapatos desentonan con la alfombra que atrapa mis pasos también verdes.

Odio tu corbata y tus ojos verdes, tu yate recién pintado, tu corazón tridimensional, tus manos de alquiler, tu lengua verde.

Se tejen en los telares, verdes velos para vestir a las novias en tristes casamientos verdes con garantías de eternidad. (Mienten)

Lloran, llueven verdes lunas.

Odio la guarida verde de tu casa, los patos mudos del estanque, la sopa de perejiles, las vías muertas en lechos de trigo verde.

No debería haber venido sin descalzarme el corazón antes de que tú me pierdas por caminos de esperanza verdes.

Con lo feliz que yo era en mi parcela de tristeza azul, mis rizos azules enmarcando señales, mi arco iris, –acertaste- azul.

Rosas azules secas en la oscuridad de dos páginas de un cuento azul con masculinos artículos y huérfanos cromosomas X.

No debería haber venido con desventaja a la contienda azul de tu guerra, mi bandera azul no señala límites ni disuade al enemigo.

Me invades las venas de sangre azul y me recorres sin retorno ni posibilidad de cambio.

Azul, grito, ¡¡azul!! Y se licua el color en mi voz.

Agonizan… no es tarde, liberta a tus azules pájaros y vuélame con ellos.

Odio mis espejos y mis dudas azules, los atardeceres y las arpas, menos el silencio azul, todo.

Azul si callo, única y azul en la imperfección de tus trazos, asqueada de sonrisas con etiquetas que se ofertan en azules hojas de reclamo….

No, no, no debería haber venido a ahogarme en el mar rojo de esta página en blanco.

-Ser daltónico tiene sus limitaciones, nunca tomaran en serio a un poeta-

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja!!! Me parece un nuevo estilo en tí, tú, dama de la lírica y la elegancia cambias a la prosa irónica, es muy bueno.
BESOS