
Mírame.
O mejor, cierra los ojos y oye mi voz.
Sitúame en la historia, en tu historia,
sin más etiquetas que la palabra,
sin adjetivos que adornen mi verdad.
Siénteme desde la raíz en tu centro,
recorre la geografía de mis pensamientos
sin que te importe el envoltorio.
Soy tu igual desde el desaliento a la lucha,
desde la rabia hasta la sonrisa,
soy savia en el tronco del deber,
fruto y surco donde germina la vida.
Mi alma está hecha de banderas sin patria.
Mi voluntad es como un junco; firme, pero a merced de la libertad.
La piel de los siglos se resquebraja y ya no hay barreras,
ahora busco tu mano para construir juntos el presente,
quiero caminar con tus pasos, no detrás de ellos.
Una compañera, continuidad de ti mismo, no tu sombra.
Me grita la vida que no me detenga,
que no pida permiso.
En el vaso de la intolerancia no cabe ni una lágrima más
para borrar la sed de aquellos que niegan mis derechos.
Y ahora si… abre los ojos, mírame, reconóceme,
que por hoy solo vengo….en calidad de MUJER.