A veces los soles se apagan,
ruedan lágrima abajo hasta el silencio.
A ciegas como el amor desbocado
me recorren y me visten de humo.
A veces entre tu orilla y mi
mar
no hay más que un renglón a
medio escribir,
un laberinto de palabras
hueras,
indeleble caligrafía de la duda.
A veces mordería
la luz en otras bocas
sólo para olvidarte un instante.
Cuando llegue la noche con
su mordaza
Seré yo quien grite tu nombre.
5 comentarios:
Un poema precioso, con mucho sentimiento y figuras muy poéticas.
un abrazo de domingo.
Muy bonita la metáfora de un renglón a medio escribir, como esas palabras que se dicen sin sentido esperando que el otro las entienda...
Beso, Rosa.
Y que malo es ese silencio rodando calle abajo. Precioso Rosa todo lleno sentimiento, que se me hace emoción.
Un abrazo.
Cuántas metáforas, cuántas imágenes dibujadas en letras para escribir esta belleza de texto...
Un beso:
Gaby*
Hermoso, sencillamente hermoso.
Un beso y gracias por compartir tus escritos.
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