"La infrecuencia con
que ocurre lo esperado..." William
Carlos William
Repasa la pintura
mecánicamente mientras se desdibuja
la expresión con lápices de colores hasta llegar a la perfección de la alegría
con cuatro trazos para llamarse payaso.
El espejo, cómplice y juez le abraza los remiendos, le alisa la corbata y ata sus pasos a los zapatones… Todo está
listo.
Da un portazo y la imagen se tambalea ante el azogue, se
divide en dos: la una es el silencio que
huye por la ventana, la otra, la fábula que abre la puerta.
A golpe de platillo bajo la carpa, -tímpano avisador de su entrada a la risa, de su ensayo al fracaso- baja su escalón tropezador, preámbulo de la
carcajada.
La luz aterradora resalta el drama de su nariz, la razón de la alegría y el aplauso.
Bajo el sombrero se atirantan los hilos que mueven su desgana.
Y sale al ruedo amarillo y se guarda el murmullo de los niños tristes, aquellos que son
arrastrados al circo para que se lo pasen bien.
Las estrellas de purpurina alumbran poco su noche,
el cañón de luz le afianza el
círculo del hambre.
La vida le ha obligado a ser un payaso.
La vida le ha obligado a ser un payaso.
Suena la música cada vez más lejos, los aplausos
entierran los acordes y la burbuja de sueños explota.
Mentira, todo mentira.
En la cama prestada, el payaso llora bajo la pintura
difuminando así el color con que dibujó horas antes la perfección de la
alegría.
Se encienden las luciérnagas, con la infrecuencia que ocurre lo esperado.
6 comentarios:
Por mas trazos que dibujen risas, en el fondo la vida sigue su camino. Este payaso hizo reir por un ratito a otros ¿quien le hace reir a él? Tan bellamente escrito Rosa.
Un abrazo.
Nunca me han caído simpáticos los payasos, más bien me resultan máscaras que ocultan algo terrible en su haber. Que me disculpen los que sí tienen vocación histriónica!
=)
Es su trabajo, el hacer reír a otros, ahora, siempre me pregunto ¿y la angustia que puede portar, donde la deja a la hora de la risa que no le brota?
Tras su pintura y en la mirada.
Un buen retrato en palabras.
Un abrazo :)
Es tremendo ese mundo interior que tiene que superar, a veces, un payaso.
Me gusta la frase que tomas y lo que te ha evocado.
Diría que eso de "el drama de su nariz" es una frase redonda, un punto culminante del relato.
Besos, amiga.
" con la infrecuencia que ocurre lo esperado."
Simplemente, me impactó!
besos
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