En la foto, el maestro, Diego Urdiales.
Palidece
el albero
Grita el silencio
desde tus ojos, el miedo acuchilla el azogue.
No es justo derramarse en los relojes cuando la sangre galopa por las venas como si
fuera látigo.
El cielo se queda pequeño para guardar tu suerte. No tiembla la lumbre de tu pulso, suenan los clarines de tu querencia, palidece el albero.
Son, las cinco de la tarde.
5 comentarios:
No me extraña este premio Rosa, es bien merecido, ahora que decirte !que arte tienes mi arma! Felicidades, med alegro mucho por ti.
Un abrazo.
Felicitaciones!!!
No me asombra el premio, para esta escritora que nos asombra siempre a todos.
Un abrazo :)
Aquí me pillas... trasnochando. Y ha sido así, precisamente con la madrugada iniciada con la que llevo este caramelo tuyo.
Besos
La densidad de la descripción es realmente inteligente, Rosa. Enhorabuena, muchacha.
Beso y cafelito.
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