Yo sabía que “La Boreal” no
aguantaría mucho. Cáscara de nuez a bajo precio para
inmigrantes. -Total, no tienen mucho que perder.- me dijo el armador cuando me
propuso el destino, sabiendo que para mí,
la muerte era un regalo.
La marea comenzó al amanecer del 9
de junio de 1902. La tripulación,
escogida al azar, hombres de pocas preguntas y menos exigencias, medidos
por su pobreza y sus mapas desiertos de destinos.
Hacinados y mudos, los niños guardaban en su asombro la tristeza
inexplicable del viaje. No sé si la vida se alargará tanto como los días de
hambre.
…Y fueron demasiados días ajustando coordenadas,
luchando contra el viento mientras el desgaste humano asomaba por las pupilas sin fuerzas, soportando el
llanto de las mujeres y el aturdimiento febril de los débiles.
El racionamiento de las esperanzas
dejaba un agujero en el alma más
doloroso si cabe que la falta de alimento…
Inevitablemente nos perdimos por un
camino de agua sin orillas. Hasta la
luna inconstante se miró en los charcos
que dejó la última tormenta. El casco de
“La Boreal” crujió y las astillas
subieron sangre arriba.
Hoy el salitre me roe los labios como un beso de la muerte.
Pero la muerte me vomitó en ésta orilla
sin coordenadas.
Setenta y dos
días se ha puesto el sol detrás del horizonte, setenta y dos heridas descontadas
a mi tiempo de náufrago.
17 comentarios:
Solamente se me ocurre comentarte lo ya sabido: "¡Malditos gobiernos!".
Un beso, Rosa. Gracias por participar en mi juego de elección de relato. MUAC.
La vida le dio una segunda oportunidad, pero... ¿para qué?
Una pena!
Relato que se sigue repitiéndose a diario en las noticias televisivas y que ya ni nos sonroja.
Comparto con vero lo de "!Malditos gobiernos!, pero no es menos cierto que también nosotros, como dicen e mi pueblo: "nos hemos hecho a las voces, como los pájaros de la vega".
De 1902 hasta ahora, han pasado muchos solsticios, pero todo sigue igual.
Magnifica y bien resuelta elección.
Un beso.
Todo sigue igual, no aprendemos, la desesperación cae en las manos de los mafiosos sin escrúpulos. Muy bien relatado, te llega al corazón.
Un abrazo
Siendo el mismo tema que el que me tocó a mí en el Encuentro y que dos escritos tan diferentes.
Profunda y triste tu inspiración. Un texto muy bello a pesar de lo que encierra.
Un beso.
Y van mas y esto no tiene fin, no hay suficientes fuerzas en Caritas y Cruz Roja para tanta desidia. Y yo que pienso que este drama tiene solución. Un abrazo
Tremendo relato y, de lamentable actualidad, lleno de esos juegos que tan magistralmente haces con palabras, ideas.
Besos, amiga. A ver si en el próximo encuentro puedo escuchar tu relato en persona.
Estremecedor relato, aplicable a toda época, sobre todo a la actual. Lo que más me ha impactado es la manera en la que está contado, con ese tinte de tristeza poética que se clava en el corazón de quien lo lee.
No sé si haber llegado a esa orilla fue una bendición o el preámbulo de una muerte lenta.
Te admiro, Rosa, amo tu forma de escribir.
Un abrazo enorme.
Huyendo del hambre y de las guerras, para caer en manos de traficantes y de la muerte por culpa de las leyes y sus detestables gobiernos. Un relato que desgarra y se siente, pero magnifico el ambiente para tu aportación.
Abrazo
Qué voy a decir. Me encantó. La ansiedad corroía el relato hasta que la muerte escupió al marinero. Qué bueno. Un abrazo.
Rosa tienes el talento de poner belleza en un suceso tan dramático como el que relatas. Pero al fin y al cabo los náufragos son supervivientes y eso es un grado en la vida. Un besazo
Y aqui sigue el egoismo humano provocando más dolor, con todo lo que ha llovido desde 1902, que triste final incluso para quien sobrevive. Duro pero bello relato, besos.
Sí, dicen que cuando ya no tienes nada que perder puedes intentarlo todo... Es crudo y humillante, nada humano, jugar con la esperanza del ser humano.
Trágico.
Un beso enorme.
Vida dura la del náufrago que escapó de otra vida, si cabe, aún peor. Por lo menos en tierra firme la esperanza continúa. Gracias por participar. Un beso
La desesperación hace que muchas personas, desde la orilla de su mala vida, tomen la determinación de arriesgarlo todo y partir en pos de otra mejor. Como en el triste final de tu bella historia, no siempre ven su sueño cumplido. En cuanto al patrón, debe ser duro enfrentarse diariamente al recuerdo de aquellos que sucumbieron en el barco que el llevaba.
Un fuerte abrazo.
¿Qué se pude agregar ...? :(
Un beso
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