jueves, 2 de febrero de 2017
Llueve en este jueves de relatos
Se había agujereado el cielo. Amenazante, la lluvia, con un ruido ensordecedor, bajaba por las regueras de la calle. Mi ventana daba a la plaza desierta.
Los remolinos del agua traían hojas secas y barcos de papel muertos.
En el reloj de la torre se refugiaron los gorriones y las horas se volvieron grises igual que su plumaje.
La casa de enfrente tiene entornada la puerta, el llamador es un lagarto de hierro que parece que se retuerce a cada golpe.
Dentro está Miguel, ese niño raro que jamás sonríe y que tiene por mascota una gallina boba que le sigue a todas partes.
Asoma la cabeza para mojarse el flequillo y las mangas de su chaquetón de pana.
No tiene madre que le ria la gracia ni que le prohíba pisar los charcos.
La tormenta resuena en mi estómago, huelen a tierra mojada los muros de mi casa.
El para rayos, alerta en el tejado extiende sus dedos al cielo para detener la luz.
Las gotas se van enredando en las ramas desnudas de las acacias, laberinto de agua que me invita a salir desafiando la custodia.
Mi paraguas no me cubre de los recuerdos...
Ya no soy un niño y el invierno me anega la nostalgia.
No queda nada...más que la lluvia.
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15 comentarios:
Es verdad que el paraguas no cubre ya los recuerdos.
¡qué triste!
Que bien cala cada palabra Rosa, todas juntas dejan un sentimiento de soledad y tristeza inmensa,pero a la vez cuanta belleza.
Besos.
Los inviernos son mas proclives a recordar, quizá porque necesitamos del calor del pasado. Tiene tu relato detalles que lo visten de gala. Un abrazo
La lluvia deja sentimientos de tristeza , para algunas personas y para otras es una gran liberación de limpiar sus culpas .En este relato me transmite una gran tristeza por parte de ese niño , que algo que tenía que ser una gracia no tiene quien se la ría ya que su mami , no está con él.
Un abrazo.
¡Hola! Un relato triste, el invierno y las lluvias suele traer nostalgia con ellos.
¡Un abrazo!
Mira que es conmovedor el relato y , sin embargo, el primer pensamiento que ha calado en mi cabezota es el temor de que se te inunde el blog por culpa del aguacero que está cayendo en ese gif... :-/
Ahora en serio, la realidad es que no existe ningún paraguas que nos proteja de la que nos cae encima desde que nacemos hasta que exhalamos el último aliento. Es un relato muy poético que se empapa de nuestro ser más colectivo.
Un abrazo y feliz día, Rosa.
HUELE A TIERRA MOJADA. GRAN TEXTO.
ABRAZOS
Se había agujereado el cielo.
a veces, la lluvia agujerea el alma también.
qué buen texto, Rosa!
Muy bien descrito ese día de lluvia, de forma delicada y nostálgica. Me gustó mucho.
Un abrazo
"Mi paraguas no me cubre de los recuerdos...", otra de esas frases que me fascinan. Creo que voy a hacer un libro de citas de Rosa Desastre...
El conjunto del relato también me gustó, tanto el esbozo del personaje protagonista como esas descripciones, ese niño raro que podría tener su propio relato.
Que muy bien, como siempre.
Besos.
Hola, Rosa
Que hermoso y conmovedor relato, me ha fascinado la forma que lo creaste con tu personaje. Me sorprendió el giro de su final.
Beso
Bello, precioso, nostalgico, conmovedor....es que me quedo sin palabras. Tienes la habilidad de enredar las frases con un gran toque de amor. Me encanta tu escrito, besos.
Justamente es la palabra, nostakgico. Y puede ser que la lluvia predisponga a eso.
Saludos
Rosa, es triste, pero aún no se han inventado los paraguas para las nostalgias del alma. "Tempus fugit", pasa veloz y va dejando un poso de recuerdos y nostalgias y la sensación de que poco nos queda, si acaso, un poco de lluvia.
Un fuerte abrazo.
Alguien debería inventar ese paraguas que cubra de los recuerdos, pero solo de los malos. Como siempre tengo que felicitarte por tu forma de escribir. Genial.
Un beso.
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