domingo, 25 de febrero de 2018

Lección de futuro






Yo quería dedicarme a la poesía, pero doña Adela me persuadió con sus armas de mujer. 
Hoy soy banquero. 
Hay lecciones que no se olvidan. 
De cada diez, me llevo una.

3 comentarios:

Juan L. Trujillo dijo...

¿Poesía? ¿Banca?. Me suena.
Besos.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Matasueños esa maestra...
un beso

Anónimo dijo...

Una antimaestra, parece. Pero sí, las lecciones nunca se acaban, por mucho que no queramos ni oírlas.

Un abrazo.