sábado, 31 de marzo de 2018




                                                 El vigía de mi mueca triste


Hoy hace frío como siempre entre éstas cuatro paredes desde donde me custodias.
Un frío gris, como el que va dejando el grafito sobre el papel arrugado.
Tú, frente a mí, separados sólo por el aire viciado que envuelve el cuarto, el reino de un loco, creo. 
El que dibujó mi alma entre trazos de colores condenándome a ser sólo silencio.
Mi memoria no recuerda cuando fue el ultimo día de mi libertad, cuando dejó de entrar la luz en la ventana pétrea de tu mirada, para ser solamente el vigía de mi mueca triste.
Sin querer se van estrechando las paredes, me desdibujas la respiración y el arco iris del que estaba hecha, se derrama sin remedio.
La puerta chirría de vez en cuando, el pintor gris se asegura de que sobrevivamos al abandono y nos retoca alineando los trazos y los trozos de nuestras vidas.
Antes de irse de nuevo arrincona la silla a la mesa. 
La pared huérfana, el teclado mudo.
Tú y yo seguiremos enfrentados de por vida…o de por muerte. 

( las pinturas de Demiurgo, inspiraron éste relato) 


6 comentarios:

San dijo...

Que angustia y cuanta resignación se cuela entre esas palabras tambien engarzadas para enlazar las dos pinturas elegidas. Me encanta leerte, tú ya lo sabes.
Besos.

Ester dijo...

Los dibujos tienen vida, sentimientos y luchan o ceden ante el papel. Abrazos

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Hay algo mal con esta entrada, que no la puedo enlazar por separado.
Enlazo el blog

Magade Qamar dijo...

Por un momento he visto a un preso (o presa) siendo pesa, valga la redundancia, más que de sus actos, de sus pensamientos y de sus emociones.

Magnífico, sinceramente.
Un beso enorme. Nos vemos.

el oso dijo...

Dolorosa prisión. Aunque a veces son prisiones mentales. Muy buen relato.
Besos

Julia dijo...

Hola, Rosa, muy bien visto el relato. Yo tengo "encarcelados" un montón de carboncillos y acuarelas de mis estudios en B.B.A.A., me das una idea para dejarlos hablar de vez en cuando. Gracias por tus escritos.
Un abrazo