El vigía
de mi mueca triste
Hoy hace frío como siempre entre éstas cuatro paredes desde
donde me custodias.
Un frío gris, como el que va dejando el grafito sobre el
papel arrugado.
Tú, frente a mí, separados sólo por el aire viciado que
envuelve el cuarto, el reino de un loco, creo.
El que dibujó mi alma entre
trazos de colores condenándome a ser sólo silencio.
Mi memoria no recuerda cuando fue el ultimo día de mi
libertad, cuando dejó de entrar la luz en la ventana pétrea de tu mirada, para
ser solamente el vigía de mi mueca triste.
Sin querer se van estrechando las paredes, me desdibujas la
respiración y el arco iris del que estaba hecha, se derrama sin remedio.
La puerta chirría de vez en cuando, el pintor gris se
asegura de que sobrevivamos al abandono y nos retoca alineando los trazos y los
trozos de nuestras vidas.
Antes de irse de nuevo arrincona la silla a la mesa.
La
pared huérfana, el teclado mudo.
Tú y yo seguiremos enfrentados de por vida…o de por
muerte.
( las pinturas de Demiurgo, inspiraron éste relato)
( las pinturas de Demiurgo, inspiraron éste relato)
6 comentarios:
Que angustia y cuanta resignación se cuela entre esas palabras tambien engarzadas para enlazar las dos pinturas elegidas. Me encanta leerte, tú ya lo sabes.
Besos.
Los dibujos tienen vida, sentimientos y luchan o ceden ante el papel. Abrazos
Hay algo mal con esta entrada, que no la puedo enlazar por separado.
Enlazo el blog
Por un momento he visto a un preso (o presa) siendo pesa, valga la redundancia, más que de sus actos, de sus pensamientos y de sus emociones.
Magnífico, sinceramente.
Un beso enorme. Nos vemos.
Dolorosa prisión. Aunque a veces son prisiones mentales. Muy buen relato.
Besos
Hola, Rosa, muy bien visto el relato. Yo tengo "encarcelados" un montón de carboncillos y acuarelas de mis estudios en B.B.A.A., me das una idea para dejarlos hablar de vez en cuando. Gracias por tus escritos.
Un abrazo
Publicar un comentario