domingo, 27 de mayo de 2012



El amor y la dieta bordean el charco.
Yo soy débil.
Tú, un bombón trepa.

11 comentarios:

San dijo...

Y ¿que se hace con un bombon por muy trepa que sea?
Besos.

Juji Mogar dijo...

Jajajajajaja ¡Qué gozada! Sucumbe, sucumbe...
Besitos.

Natàlia Tàrraco dijo...

Cómeto es un príncipe encantado que sabe, uuuummmm, a chocolate.
Besitos dulces.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Las tentaciones están al alcance del hocico! jejejeje
Un abrazo

Gaby* dijo...

mmmm... ranita tentadora! Mientras no pegue el salto al intentar darle el mordisco...
Besitos y un brinco:
Gaby*

Lupe dijo...

¿Quien se acuerda de la dieta con un bombón delante...?

¡Al charco, Rosa. Al charco!

Jajajaja

Un abrazo.

Maat

censurasigloXXI dijo...

Ditas eternas dietas... y los bombones nos guiñan el ojo al otro lado de la charca... y los michelines nos cantan "La Traviata"... :)))

Un beso, Rosa, feliz día-ta.

Leonor dijo...

No dudes más y muerde, luego paladea y siente....que la vida es corta.
Un beso.

Anónimo dijo...

Pienso que la tentación ejercida por el chocolateado sapo, es demasiado intensa para no sucumbir a sus encantos.
Un abrazo.

Sindel Avefénix dijo...

En todas las dietas siempre hay un permitido!!! Y yo también me lo daría con un bombón!!!
Besotes

Tyrma dijo...

Sin dudarlo...hasta en foto tiene un aspecto tentador, ¿qué tendrá el chocolate, niña?
Lo pienso y sonrío, si fuera para mañana el relato del diablo...el mío sería de choco.
Un placer leerte