jueves, 10 de mayo de 2012

Relato de jueves: " Erase una vez..."


-¿Papá, que cuento nos toca hoy?
-El de “las sábanas blancas”.
-¡Pero ese no vale!
-Bueno pues entonces el de “la mano que afeita”
-Ojuuuuuuuuuuuu, ¿otra vez?


Y yo no sé como hilvanaba a mis sueños, imaginación, tanta.
Entonces me quedaba mirando la noche que, cómplice, escribía letras de luna sobre la pared: “Erase una vez…”
Se me amontonaban las palabras hasta que amanecía y a esa hora los monstruos, princesas o duendes huían por los tejados.
Y así un día y otro día hasta que se me escapó la niñez por la ventana…

Mi padre está sentado al sol de sus noventa y dos años, la vida le pone la sombra a trozos.
Me mira como si fuera la primera vez que me ve y me dice con una sonrisa que le ocupa todo: “colorín colorado”.
Lo dormí con cuentos hasta su última página.
En el tejado de su ausencia, tan alta, malvive la princesa Desastre.
Hay días que cuelga un cartel que dice: “Se vende, alquila o traspasa este reino”

16 comentarios:

Lupe dijo...

No creo que hubiera ninguna otra reina que reinara cómo tú. Hay cetros que pesan, a veces demasiado, pero compensa llevarlos. "Ellos", se lo merecen todo.

Una delicia leerte.

Te dejo un abrazo.

Maat

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Duro texto, implacable como la vida que pasa, con un dejo de esa nostalgia por la infancia ida que no lastima, pero entristece.

un abrazo.

José Vte. dijo...

Rosa, un cuento lleno de gran sensibilidad. La vida va girando y llega el día en que aquellos cuentos tantas veces escuchados salen de nuestros labios para confortar los oidos de quienes nos hicieron felices cuando fueron ellos los que nos los contaron.
Una maravilla princesa Desastre.

Muchas gracias y un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

!Qué va Desastre! Tú a los cuentos, a los sueños que es lo tuyo, y por escrito y por contado dúlcemente al padre, merecedor de tus inventos, y a nosotros, nunca nos falles.
En la vida que nos pasa ¿cuántos cuentos, algunos amargos, otros risueños?
Besitos asombrados siempre de tu talento.

mar... dijo...

Hola Rosa, un emotivo cuento.
Nada de vender, alquilar ni traspasar, no creo que exista ninguna otra reina capaz de provocar una sonrisa que dice colorín colorado.
Eso es todo un mérito y el mejor de los regalos
Un beso
Mar

Anónimo dijo...

existen interjecciones en mi vocabulario que dicen más que mil palabras que me costarían un güevo encontrar a veces...una de ellas diría así: ¡QUÉ CABRONA LA ROS DE LOS DESASTRES! y dice así por que la rosa de los desastres ha vuelto a incidir con palabras de plata en mi corazón de vampiro, y dice así por que rosa de los desastres ha vuelto a incidir en este bello durmiente, bello por que lo soy, y durmiente, por que llevo toda la puta semana apenas durmiendo regular, a su verdadera manera, es decir, cortedad de relato, palabras precisas y adjetivadas a la inesperada, pero acertada, y...es que la belleza se concentra en frascos de pocas frases..
medio beso...
si escuchas que la olla hace fuu, me avisas, es que tendré que bajar para poner el fuego al tres..

Leonor dijo...

Maravilloso y bien narrado. Triste pero lleno de amor del bueno. Nostálgico de un pasado fantástico, de una niñez feliz en la que no había grandes responsabilidades, y real, tan real como que a todos nos asusta, con los miedos que dan esas grandes responsabilidades. Texto lleno de ternura.
Un beso enorme.

casss dijo...

Tu reino es patrimonio de los jueveros, y no se está permitido deshacerte de él.
Sigue reinando, que tus palabras nos hacen falta siempre.

besos

Gaby* dijo...

Te he leído con el alma. No sólo por lo rico de tu texto en expresiones poéticas, sino que es un poema en sí de la vida el que aquí compartes.
Me quedé pensando, en los cuentos que conté a tantos niños, y en especial a mi hija, pero jamás se me pasó por mi cabeza, imaginármela dentro de unos cuantos años (espero) leyéndome un cuento a mí, dedicándome tiempo y corazón de esa manera tan especial. Francamente me gustaría mucho recibir ese mimo en mi vejez.
Si tienes una corona de reina, bien en alto debes llevarla, seguro está tallada con sueños y estrellas... y bien la mereces.
Besitos al vuelo!
Gaby*

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Bueno, aunque no te contaran cuentos, con tu imaginación lo suplías todo, y sobretodo con esa alma poética.
Un abrazo

tereoteo dijo...

Ni alquilar, ni vender, ni traspasar..como mucho te dejamos descansar un ratillo...
Triste pero muy, muy bonito, reina desastre.
Un besito

Juan Carlos Celorio dijo...

Los monstruos, princesas o duendes huían por los tejados. Son frases de ese tipocomo esa las que me cautivan.
La última estrofa contiene todo el magnífico estilo "Desastre". Cambio de juego que sorprende y dice tanto.
“Lo dormí con cuentos hasta su última página”. Estremecido quedo.
Besos, amiga, es un lujo tener estos relatos cada semana.

Anónimo dijo...

Tengo una amiga muy querida que todos los días le cuenta cuentos a su madre de noventa y dos años. Posiblemente los mismos que su madre le contaba, posiblemente los mismos Rosa que a tí te contaron. Reinas muy merecidamente, con brillo propio, no creo que ese reino deba ser objeto de traspaso, alquiler o venta, te pertenece y siento que deberías sentirte muy orgullosa de él.
Un fuerte abrazo envuelto en la emoción que me ha despertado tu breve e intenso cuento.

El Alma de Venus dijo...

Te felicito Rosa, por hacer que tus desastres sean pura poesia, que entra en mi alma sin pedir permiso, y la llena toda de emociones,y recuerdos.
La vida te ha hecho un buen regalo, al darte la oportunidad de disfrutar de tu padre hasta su ancianidad,se que no sera facil el dia a dia,pero yo que lo perdi fisicamente,hace demasiados años...Te aseguro que daria algo bueno por poder contarle algun cuento...Besos y gracias por tu sensibilidad amiga.

Matices dijo...

Vaya Rosa... me has dejado impresionada. Creo que lo más bonito que podemos ofrecer en esta vida es poder devolver el amor hilvanado en palabras a los que nos quieren y tú lo haces... El "desastre" sería otro, que harían algunos sin tus labores... por eso estas aquí. :)

Un beso

San dijo...

Un cuento tras otro conté Rosa amiga a un papá que olvidó hasta olvidar, así dormia, así comia y así dijo adios.
Vamos Rosa siguele contando esas historias bellas que tu tambien sabes hacer.
Miles de besos.