Los relojes se
habían parado. El tiempo no.
El patio que rodeaba el convento estaba lleno de higueras
y un zumbido de abejas atravesaba la tarde.
La vi salir con la mirada al suelo,
los andares lentos como si arrastrara el mundo consigo. Sin equipaje, sin voz, sin mañana.
No supe cómo llamarla.
En la pequeña caja de cartón con
sus pertenencias había escrita una fecha y un nombre. Doce de febrero de 1963,
Carmen Alba.
Pero escrito en los renglones del alma llevaba otro
nombre que tendría que borrar con el ácido de la experiencia.
Desde los siete correteaba por el claustro mientras su madre limpiaba las galerías hasta que un
día, como si de una ofrenda se tratase, la donó a la comunidad y desapareció.
El día que cumplió quince años le regalaron un hábito marrón, le cortaron
las trenzas, la prometieron a Dios y bordó ajuares de sol a sol para un
casamiento de fe.
Sor Concepción de María pasó por todas las dependencias,
trabajó en el huerto, hizo dulces de Navidad, cantó en el coro, atendió a ancianos
y niños, rezó maitines, hermana custodia, hermana tornera, hermana
limosnera… oficios que agradaban al Altísimo.
Hoy tiene 57 años y fiel a su voto de obediencia, atraviesa
la cancela. En nombre de Dios, la obligan a regresar al mundo.
Nos hemos casado por poderes. La madre superiora tasó su dote en alto, yo pagué religiosamente.
Acumulo bienes y soledades en igual medida pero a partir de hoy espero desequilibrar la balanza.
Acumulo bienes y soledades en igual medida pero a partir de hoy espero desequilibrar la balanza.
26 comentarios:
Toda una historia interesante la de esta mujer, al menos "ACUMULÓ BIENES" y eso es bastante amiga Rosa afectuosos saludos....
Un relato lleno de ternura y realismo.
Lo has explicado tan bien que parece real . Me gusta leerte Rosa.
Abrazos cálidos y abundantes
Como una marioneta, siempre manejada.
Espero que algún día se encuentre libre y dueña de su propio destino.
Tus palabras magistrales como siempre.
Besos
Cuantas historias existen en el mundo como la de tu protagonista. Tú la has narrado con sensibilidad y exquisita prosa. Genial.
Saludos y gracias por participar
Se cierra la reja y se abre el mundo,después de tantísimo ser y no ser, tal ánsia tener y no tener, morir porque no se muere, alcanza el pulso de la vida a su ritmo, por fin.
Un relato que trenzas exquisito, amargo dulce, oscura monotonía y merecida fuga, aunque sea pactada con dote. Que sea feliz, me ha prendado como siempre tu genial relato, Rosa, un besito.
¡Qué giro ha dado la historia!
Lo que hacen por una dote...
Un buen negocio el de este hombre, una hembra trabajadora y silenciosa que le acompañe el último trayecto de su vida. Genial historia y bien realista aunque a muchos no se lo pudiera parecer. Besos.
Y bueno, el texto es GENIAL. Y la ternura da paso a una historia amarga, o al menos se trenza en ella. Excelente.
Un beso
Recuerdo que para los exámenes orales me decían: "debes esmerarte en el comienzo y en el final, el resto ni lo escuchan". Esto viene a que tu relato tiene una frase espectacular de inicio y otra de fin. Lo del medio lo he leído, coste, y no desmerece de esas frases tan redondas y rotundas que lo abren y cierran.
Besos, amiga.
Una historia creíble de pe a pa. Me lo creo y me emociona y me voy para ayudarla con esa valija de cartón.
Si puedo también la ayudo con la balanza...Lo merece.
Mi elogio permanente, amiga.
Buno, como le eliminaron el uso de la razón, supongo que seguirá rezo tras rezo... o se hará striper para compensar? :))
Un besito, Rosa. Tu café de hoy.
Una pena; aunque al final se daría cuenta del mundo de fuera.
Un abrazo
Una historia magníficamente contada, donde la vida de esa niña, tuvo toda una trama de sumisión... que ya era hora de desentramar, siendo mujer de intenciones y aspiraciones que buscaban emprender su vuelo.
Como siempre leerte es un gusto Rosa!
Besos!
Gaby*
Que triste... Después de tantos años.
Un beso.
Pobre mujer, nunca pudo tomar sus propias decisiones. Me encanta cómo narras la historia. Un placer leerte, cómo siempre. Un beso.
Todo el mundo a su alrededor fue decidiendo su vida, menos ella, nunca le preguntaron que quería, seguro que ella también tenía sueños. Me gustó mucho tu forma de narrar, como siempre. Besote
Pobre mujer...menuda vida! sin tomar ninguna decisión por ella misma. Me ha encantado la cantidad de detalles que das sobre la vida y costumbres de los conventos. No sé si esta historia podría ser real, tal y como la has contado parece que si...
Un beso y enhorabuena por tu fantástico relato!
Ni el adentro ni el afuera tendrán sentido si no es libre para elegir...tampoco será feliz, seguro.
Un abrazo
Una vida de obediencia. ¿Despertará ahora, tras su venta?.
Una maravilla, Rosa.
Abrazos.
Gran relato, se percibe tu gran talento.
Se te agradece Rosa.
Cuánta sumisión. Quisiera viajar en el tiempo, al día que le cortaron las trenzas, para despertarla y hacerla huír. Qué triste historia.
Intenso como siempre, una gran lectura de ese mundo, tan próximo y tan desconocido.
Besos
Cuanto menos singular la historia de esta mujer, obediente por encima de todas las cosas e incluso (creo) por encima de su voluntad.
Bss.
Pásate por mi blog y tendrás un premio que te recordará mi primera convocatoria. Muchas gracias por participar
¿Alguna vez tendrá la opción de elegir por ella misma el camino a seguir en su vida?. Lo trágico de tu relato, magistral como siempre, es que responde a una realidad muchas veces repetida y que en algunas culturas sigue siendo normal. Matrimonios de conveniencia, pactados de espaldas a las necesidades afectivas de las mujeres.
Un abrazo.
Al principio no había leído que era un relato de los jueves y pensé...por Dios!! y ahora después de tanto que hará afuera?? pero me vi y pensé...son solo 57 años..tampoco es que sea mucho, yo solo tengo un poco menos que eso y si tuviera la fortuna que ella tiene me iría a viajar y recorrer el mundo...y claro, si fuera tan buena como ella ayudaría a que este mundo los que menos tienen pudieran tener mejor calidad de vida.....pero es solo una historia jejej asi que no me explayo en lo que haría con esa fortuna...besoss y
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