miércoles, 12 de octubre de 2011

Relato de jueves: "Voces"





Alguna vez leí, que las vías del tren, eran como una cicatriz en el paisaje, una herida en el terral, un surco en el tiempo…
La gente que escribe no sabe.
Son las voces. Voces martilleando mi cabeza, dioses de todos los credos gritando al unísono. Voces que me empujan al vértice de la sinrazón. Voces, voces, voces que me habitan, me viven, me mueren.
Hoy la lluvia deja en los hierros una pátina azabache que se alarga hasta perderse allí donde no llegan los consejos.
Ni cicatriz, ni herida, ni surco.
Tumba.
Por fin enmudecen las voces.

23 comentarios:

María José Moreno dijo...

Impresionante!!!! Tus voces que callan me han dejado sin aliento. Genial como siempre querida amiga

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Hemos coincidido algo en el tema: las voces interiores que van enloqueciendo a quien las escucha.
Programé mi entrada para más tarde, verás que hay marcada coincidencia aunque cada quien -obvio- desarrolló el tema de distinta forma.

un abrazo juevero.

David Cotos dijo...

enmudecen ante el todo.

Unknown dijo...

uuufff....terrenal. voces después de la muerte... voces enmudecidas... buen criterio tenés para escribir esto. un relato impecable con halo de misterio. un beso hasta el infinito de las vias del tren.

ralero dijo...

Escalofriante.

Besos.

Leonor dijo...

Nacemos para seguir un camino ya trazado que siempre acaba donde mismo. Allí donde cesan las voces. Me ha encantado. Un beso.

Un par de neuronas... dijo...

Porque ya no deseaba escucharlas, Y ENTONCES LA LLAMARON CUERDA o porque las eliminó con su muerte Y ENTONCES LA LLAMARON MUERTA.

Un beso.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Relato con mucha fuerza. Esas voces que hablan y al final callan en su tumba, me ha gustado.
Un abrazo

Mamaceci dijo...

¡Me da escalofrios Rosa!, que efecto visual, tremendo, hermosamente trágico le diste. Me gusta muchísimo cualquier referencia del tren con la muerte..será porqué ocupa un lugar de preferencia entre mis miedos.
Te mando un gran beso

Juan Carlos Celorio dijo...

Lo releo como si fuera leído en público. Creo que es un texto que ganaría mucho escuchado. Con su ritmo, su rotundidad.
Frases llenas de evocacion, como siempre, me encantó ese " ... hasta donde no llegan los consejos"
Besos.

San dijo...

Rosa siempre maravillosa ¿que te puedo decir de esas voces que se pierden en un silencio final?, No necesitas más de unas cuantas líneas para dibujar.
Un abrazo Rosa Desasre.

Anónimo dijo...

Voces que llevan a tu protagonista a la búsqueda del silencio más absoluto, del silencio total. Espeluznante en su aparente sencillez.
Un abrazo.

Any dijo...

Quetren-Quetren, Quetren-Quetren ... es cierto que ese sonido tiene algo que hipnotiza y puede ser peligroso. Como el agua de una catarata que llama a saltar dentro, esto tiene un efecto similar.
Brrrrr!!!
Muy buenas imágenes como siempre
un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

Dicen los índios y los exploradores que en las vías de los trenes se escucha la voz del tren con todos sus pasajeros.

Raíles infinitos que no llevan a ninguna parte, traqueteos en la cabeza hasta que todo se calla.

Rosa, me callo estremecida y aplaudo.

Lupe dijo...

Y tan solo entonces, topan con la paz.

¡Genial, Rosa! Una vez más...genial.

Te dejo un abrazo.

Maat

Alfredo dijo...

Duro y bello. Provoca pasar la yema del índice por los renglones para sentir la textura del relato, al tiempo que se oyen mezcladas las voces en una visible oscuridad.

Impactante.

Besos

Sindel Avefénix dijo...

Voces que solo callan con el final. Un relato breve y conciso. No hay una palabra de más ni una de menos.
Excelente.
Un abrazo.

yonky dijo...

Una forma de delinear con sutileza los pequeños detalles que aun quedaban en esta pintura.
El sinuoso camino de la via de tren,el tajo que provoca en el paisaje,el transito de las voces y un observador que inquiere e interpreta a su modo.

Bello,todo muy bello

Anónimo dijo...

Dos líneas rectas aceradas es dilema, cicatríz no. Me monté por fin. Desbiera haberlo hecho antes o esperado acaso un poco más. Las tierras a su alrededor, me refiero a las líneas aceradas, se asombran.
No es la vía de un tren propiamente una botonadura. No camino por encima, simplemente avanzo, la máquina me lleva.
De ahí que no dé por desconocido su final. Se incorpora a mi vida proponiendo límites de tiempo ciertos.
¿Cuando llegaré?Me lo digo porque estoy seguro que al final habrá estación.
¡Voz que esta vez, resonaste esperanzada!

Tésalo

Manuel dijo...

Curiosa y acertada comparación con las vias del tren ya que es imposible no finalizar siguiendo el camino trazado por esas voces, al igual que el tren no puede elegir otro camino que sus vias.
Un texto muy efectista y simbolico
Un beso

Rochies dijo...

haber leído un relato como éste, hace 3 años atrás, me hubiese dejado en un estado que mejor no le cuento... Perdí a alguien demasiado cercano, que eligió las vías para terminar sus días, seguramente para dejar de oir esas voces que ignoramos de donde vienen, por qué no cesan, que empecinamiento las conduce; mientras el resto continúa su vida entre cotidianos y pormenores, aquí y ahora, y a nosotros el laberinto no nos deja colocar los pies en la tierra.
Me hizo darme cuenta cuán trabajado evidentemente tengo el tema.

Atalanta dijo...

Por fortuna nosotras/os tenemos tu voz todos los jueves, que no enmudezca nunca.

Besos merecidos

Anónimo dijo...

mira, rosa de los desastres...este martes tardío ya, bueno, o no, pues al final te he leído, al final ya estoy acabando con las lecturas de los jueves...mira, rosa de los desastres, tan sólo decirte eso de...¡¡¡pero que cabronaza bonita sosososososo cuando escribes!!!
medio beso.