La cera arde.
Contemplo la llama, sigo su vaivén reflejado en el mármol como una pincelada de
fuego. Tiempo detenido.
Acaricio con mis dedos la losa, reescribo tu nombre de derecha a izquierda, de izquierda a
derecha buscando la puerta por dónde te fuiste.
Cruje la luz y se extingue. Ahora todas las flores son negras.
Que solos se quedan los muertos.
9 comentarios:
No si los recordamos...
Un abrazo
Nunca estuve muy de acuerdo con Bécquer, porque creo que a ellos les da igual. Los que quedamos solos y desamparados somos los vivos.
Precioso momento de intima reflexión, Rosa. Frases cortas, como el espaciado tañido de una campaña poniendo algo de sonido a tanto duelo. Conmovedora entrada, aunque en parte esté de acuerdo con María Jesús, el dolor, el desamparo y la soledad, se queda con los vivos. Ellos sencillamente terminaron.
Un fuerte abrazo.
Ay, la soledad del muerto. Conocemos la del superviviente, por eso es interesante esta visión de del que abandona el mundo.
Besos, Rosa.
Como dice Neo, si los recuerdas con amor seguirán con vida para nosotros.
De Becquer me quedo con las leyendas y no olvidemos que Unamuno, Delibes, Cela, la duquesa Pardo Bazán y un largo etc., se dedicaban a la escritura porque podían, eran señoritingos de buena familia que se lo podían permitir. NO entro en la calidad de su obra...
Bueno, que me alargo! Un besito y chocolate caliente.
Supongo que quedan en nuestro recuerdo para siempre... Aunque hay quien se va para conformar parte de ese triste olvido donde una partida no tiene retorno...
Besos
Querida Rosa.
Me crujió el alma mientras te leía...
Un fuerte abrazo.
Lupe
Que solos se quedan los muertos y a veces que solos viven los vivos.
Rosa siempre una delicia.
Un abrazo.
La soledad camina en ambas direcciones .. en los que se han ido y en los que hemos quedado ... Muy triste .. y a la vez ..precioso
Un abrazo
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