Vino con el primer vuelo
a la herida de luz
que traza el horizonte,
Vive al borde de mi acequia
con la sed de una mariposa enjaulada,
atado a mi latido como una cometa,
candileja en el hueco de mi umbría.
Llegó náufrago, a mis sueños de arena,
ugüento de sal para curar silencios,
simulacro de amor, mi amor,
tendedero de golondrinas, mi boca
donde se secan las palabras que nunca le dije.
Generoso dolor, el suyo,
que calla al mundo mi mentira.
2 comentarios:
Puro amor, aunque callado.
Un abrazo Rosa.
La posesión es dolorosa. Precioso
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