Después de escribir aquella carta, el mundo se me fue estrechando hasta hacerse hilo de estopa que ensartado
en la aguja del tiempo, me remendaría la vida.
El mar rugía lejos, ni alargando las manos ni alargando los sueños podría tenerlo.
Vaciaba la botella sin
prisa mudando la pena al vaso y
empapando del vaso a las entrañas el vino amargo, hasta que al trasluz no quedara ni una gota que empañara el cristal.
La luna se había colado en el vidrio. Estaba tan borracha que desistí del
desalojo.
A golpes de luz, fui haciendo hueco a las palabras de
tinta y con cuidado lacré la boca, como
se lacra la razón con el miedo.
Ahora sólo queda buscar el
agua, cuna para la sed, nana de esperanza para dormir, seguramente por siglos, hasta que alguien la despierte.
La oigo caer (las palabras de
amor hacen ruido). El eco multiplica su latido mientras se acostumbra a la
caricia salobre de la alfaguara.
No hay orillas.
20 comentarios:
Ojala el mar llegue para lanzar esa botella repleta de bellisimas palabras, de esperanzas y de quieros.
Un abrazo Rosa.
El sabor salado se disuelve por la amargura del dolor que lleva este desolado personaje.
Muy intenso.
un abrazo
Solo puedo decir guau!!! y este es el motivo de mi reacción: "Vaciaba la botella sin prisa mudando la pena al vaso y empapando del vaso a las entrañas el vino amargo".
Fuerte y hermoso, me encantó
Es como catar la vida a golpes secos de líquido amargo. Hay que dedicarle palabras como los tuyas a este sentimiento que nos bebe el alma.
Tu escribir me deja sin aliento, reflexionando. Besitos muchos.
QUé poético tu relato, has construido unas imágenes poderosas que te remueven el interior.
Borracha me dejan tus palabras. Manejas las palabras con tanta maestría y tan buen gusto que al leerlas siento casi un vahído.
Un beso.
Mudar la pena, tan onda que ni con el mayor de los esfuerzos el mar se acerca, ni la orilla de las letras que fueron entintadas en el papel.
Cala lindo este mini relato.
Un abrazo :)
Sin duda, el agua ansiada (quién sabe si encontrada) no curará, aunque sí calmará esa resaca.
Besos, Rosa.
"las palabras de amor hacen ruido"... ciertamente, aún ahogadas en vino amargo poseen una fuerza que nada las detiene cuando se proponen ser expresadas. Que la tinta no se debilite y algún mar quiera cobijar ese navío de vidrio.
Precioso texto, con ese poder usual que brota de tus letras.
Besos:
Gaby*
Me parece ver una orden de demolición de un ediicio, la pérdida de un hogar y toda la vida que hay en ella.
Todo contado con tu maravilloso estilo.
Muchos besos.
El contenido de alguna botella, el contenido de origen, puede hacernos lanzar muchos mensajes.
Hoy son mensajes duros, que calan hondo, vestido del ropaje que tu estilo exquisito sabe darle.
Besos.
Esta es mi Rosa, con botella o sin botella pero sobre todo con mensaje, mensaje en prosa, y exquisitas palabras.
Un abrazo.
Rosa por dios que manera de escribir maravillosa!!! Tu mensaje me erizó la piel, me emocionó, lo sentí, lo viví.
Tremenda desolación en esas letras que son de ahora pero que se irán curando con la transparencia de aguas nuevas.
Un abrazo.
Real, muy real... una botella llena de mensajes que no llegan nunca. Intenso y cercano, Rosa
Besos
Ojalá ese mensaje le llenara de esperanza y no tuviera necesidad de ahogar sus problemas en alcohol.
Real como la vida misma y triste también.
Un abrazo
Maravillosa entrada. Tu mensaje es delicado pero rotundo. Me ha encantado leerte, Rosa Poeta.
Un beso grandote.
Que relato tan bonito, al leerlo casi se podía escuchar la musicalidad en el ritmo de las palabras. Muy muy lindo. Estoy segura que aun sin orillas, la carta llegará a su destino. Besote
Un mar en la distancia, unos sentimientos de gusto amargo que llevarse a una boca confusa y cerrada.
Todo un paseo con la sensibilidad habitual,
Besos
Rediez, final triste para un relato muy bien narrado. Las cosas breves, cuando tienen esa tensión en sus entrañas (literarias en este caso), son doblemente apreciables.
Enhorabuena.
La esencia pura de la poesía! Tremendo!! de los que te pone los pelos como escarpias! :)
Un beso!
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