Caminó igual que otras veces hasta agotarse, huyendo
de su felicidad de fachada.
Llegó a la estación, pidió un billete a algún sitio
donde poder exiliar la angustia.
Un cartel de neón anunciaba horarios de salida y llegada
de los trenes.
La envolvía el sonido metálico de la voz anunciando
destinos e inconscientemente viajaba de un lado a otro desde el humo de su
cigarro.
Efímero muro ese humo que detiene el viaje de sus
pensamientos.
Otra vez el miedo. Y otra vez, agachando el alma y la
cabeza, volvería a casa.
Otra vez mordería la rabia y haría del silencio un
vestido de fiesta.
Otra vez ensayaría la sonrisa y la caricia.
Otra vez la mentira le desgarraría las paredes de la
razón, dejando a la intemperie la realidad .
Otra vez, otra vez, otra vez...
-Arrugas de papel alisan el horizonte de las vías
muertas-
15 comentarios:
Tener que reconocer otro equívoco...volver mordiéndose la rabia...triste historia que evoca historias muy verdaderas.
Un abrazo!
=)
A veces se necesita valentía para un cambio. Y a veces no se tiene, o a veces...A veces no es facil ejercer el libre albedrio.
Algún día seguirá su instinto y huirá sin pensar; será feliz y no sentirá ningún remordimiento.
Un abrazo, Rosa.
Difícil es, cuando los sueños y proyectos se truncan y la única salida es un regreso que solo huele a dar marcha atrás. Se necesita valor.
Muy bien contado, una queda en esa estación con el corazón estrujado.
Besos!
Gaby*
Sueños rotos, pesadillas que seguirán envolviendo su historia, quién sabe por qué no se anima a subir a ese tren, solamente su alma guarda el secreto de su resignación.
Tu relato es una maravilla de metáforas y sensaciones. Me impresiona como escribis, te admiro Rosa.
Un beso enorme.
Yo creo que al final, cogió ese tren.
Un beso.
Algo la detiene, le impide subir al tren, pero algún día no se lo pensará y subirá.
Me da pena saber que tiene que volver con el alma agachada a ensayar sonrisas y caricias.
Besos
Un círculo vicioso, sin salida, la estación con todas sus oportunidades queda convertida en un laberinto. Veo como persigue el humo de su cigarrillo hasta agotar sus fuerzas, agachar la cabeza y volver a casa.
Un abrazo.
Volverá hasta que un dia no pueda y siga su camino.
Precioso relato amiga
Un abrazo
Me encanta ese ambiente, he ido imaginando esa estación, esa mujer, ese humo, trajín de viajeros, ella quieta aunque su pensamiento viaja. Y el silencio como vestido de fiesta y las arrugas de papel ...
Estupendo Rosa, besos.
Maravilloso relato lleno de poesía en su desgarradora tristeza.
Algun día tomará ese tren y se alejará sin volver la vista atrás. Duele este viaje Rosa y aún así lo escribes bello.
Besos.
Bueno, tal vez algún día encuentre el coraje para romper el círculo y subir al tren que la lleve lejos. Me ha encantado Rosa.
Un beso
Quiero y no puedo. Cadenas del alma difíciles de romper que nos aprisionan y agobian. Es difícil salir del círculo.
Un fuerte abrazo.
Pues llegará el día. Toda valentía conlleva miedo, el mismo que se produce en esa cobardía pero son pocos los que traspasan esa línea y lo saben.
Besos!!
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