Me he cambiado de ropa tres veces. Demasiado elegante,
demasiado desaliñada, demasiado poco, demasiado mucho, demasiado de nada…
El espejo se oscurece a medida que se acerca la hora de
visita. Ya he ensayado la sonrisa e intuyo la suya igual de falsa. No, no hay
lugar para la alegría.
Hay un murmullo ininteligible que suena a través de los
altavoces y un trasiego en las estancias interiores.
Un largo corredor aloja a la plebe. Huele a humanidad.
No usamos el interfono para comunicarnos, una mirada fue suficiente para leernos todos los renglones de la piel y
del alma.
Nos separa un cristal. Nos separa un mundo. Nos separan
las preguntas sin respuesta.
Me di la vuelta antes de que viera mis lágrimas.
Tengo mil días para esperarle. Y el resto de la vida para
perdonar su error.
20 comentarios:
Relato simple y real. Con toda la tristeza que implican esos encuentros de visita. Saludos Rosa.
Triste pero transmite amor y paz.
Es un relato muy dulce.
¿Qué se podría decir con el cristal de por medio? Y tantos silencios y tantas vivencias, a la espera de recuperarse, demasiado tiempo y el perdón ajándose pero no muerto.
Retransmites esa sensación extraña y dolorosa entre dos de frente y la cárcel entre ella y él.
Me ha fascinado Rosa, un besito.
El corazón y la razón estaban unidos en este caso?
Muy original. Me gustó. Besito, Rosa.
La espera será dura, pero la vida es larga para poder perdonar. Un besote
Pocas palabras y en su sitio. A veces es más culpable el de fuera que el de dentro.
Un abrazo
¡Que bonito, Rosa!. Qué bien relatada la historia de esa forzosa separación. Ese instante del encuentro periódico en que las palabras sobran y en que cada uno intenta, inútilmente, mostrar una sonrisa alegre y desenfadada que están muy lejos de sentir. Eso unido a la determinación de esperar y a la generosidad de perdonar.
Un abrazo.
¿De que lado está ella?
Enfrentar la realidad en estos casos es fuerte, saber que habrá esperas, que habrá cosas que perdonar.
Bastante bien lo hizo la protagonista, pudo pasar el mal trago del encuentro, ahora solamente le queda esperar, y sostener esas ganas de seguir acompañando al condenado.
Un beso.
En un relato breve, encerrarse la totalidad de un tiempo imprevisible, de esperas, preguntas y pocas respuestas. Imaginé ese frente a frente, cristal de por medio, y el cruce de miradas, profundas, sensibles, escrutadoras.
Genialmente escrito!
Besos:
Gaby*
si fue solo un error, seguro se le perdonará...
Muy buen texto.
un abrazo
¡Me dio una tristeza! De esas donde se esconde jugando la lindura.
Me ha encantado.
Abrazo :)
Una bella mirada poética es tu relato. Participo de un proyecto de talleres poéticos con reclusos de la cárcel de la ciudad de Valparaíso y, con sólo un vistazo a las mujeres en espera de su hombre, de rostro ansioso y "sin demasiados"... con mil días en espera... todo un mundo!
Abrazos desde lejos
Edith
"una mirada fue suficiente para leernos todos los renglones de la piel y del alma."
....con esta frase, ya te ganaste toda mi admiración.
besos
Bello Rosa muy bello. Una imagen, la de cambiarse de ropa varias veces, hasta encontrar la adecuada. Un momento, el que con las miradas se dicen todo lo que tienen que decirse y una esperanza, la de comenzar de nuevo. Lo dicho, bello.
Un abrazo.
A veces sufre más el que está fuera que el que está dentro de la cárcel.
Bss.
Es muy duro tener que verse a través de un cristal, lo has descrito muy bien. Si ha sido un error, hará bien en esperarlo el tiempo que haga falta, el que esté libre de pecado...
Un beso
Mil días... supongo que será una licencia, porque podrían ser determinantes.
Tu texto como siempre es bello, se pasea por imágenes muy bien pintadas y con la carga poética que te caracteriza.
Besos
No veo forma de expresar lo que trasmites, está en esa mirada que dijo todo.
¿Sabes? Empecé pensando que quien hablaba era la reclusa, supongo que por algún condicionamiento mio y al terminar de leer sentí el vuelco al entender que quien narra es la visitante.
Muchos besos.
Lo triste de este relato es que la metáfora de la prisión se puede trasladar a la convivencia de dos personas que "viven" juntas y están separadas por ese cristal imaginario que es capaz de torturar y deshacer a ella, pero aún así espera y hasta es capaz de perdonar. Es grande, muy grande.
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