A ras del suelo
No. Ya no puedo más. Estoy al otro extremo mirando la vida
de lejos.
La vida que me tocó vivir a tu lado, a cien metros del
suelo, tragando el azul equivocado de las paredes, la música del ascensor que
se paraba siempre en el piso sesenta y tres, la urgencia de los atardeceres
transitando por la cocina y las noches descontando el amor que pasa por tus relojes
de arena.
No. Ya no puedo más.
No llegué a acostumbrarme al dulce vértigo de asomarme a la ventana
buscando inútilmente el vuelo de los pájaros.
El eco del horizonte guardado en mis pupilas es un ocupa innecesario que me desaloja la
alegría.
No. Ya no puedo más.
Allí arriba se siguen
escribiendo las palabras con humo, se gritan alto para oídos sordos… Con
lo fácil que es susurrar en la piel con una caricia.
A ras del suelo, sólo nos separa el esperpéntico abrazo de
las acacias.
17 comentarios:
distintas formas de vida y aún las hay peores.
Un poético trazado de una vida de desencuentros y desamores. Palabras con cadencia y definido estilo.
un abrazo
No sé si lo he sabido interpretar pero parece un vuelo en caída libre con un duro aterrizaje, un destino de vida llamado muerte.
Un beso muy grande.
Triste he intrigante texto que termina en un estallido y acaba con la derrota. Claro sino está mal mi interpretación. Muy buen título también.
Beso
Buenos dias Rosa: A ras del suelo. Curioso título para una foto que nos muestra rascacielos. Poro has sabido dar la la vuelta, y te ha quedado una historia muy bonita.
Me pregunto como debe serel ruido de un ascensor que sube más de cincuenta pisos. Los vecinos que vivan en los mas bajso supongo que lo notarán.
Un gusto leerte Rosa.
Hola preciosa ! un relato que transpira poesia, y un dolor tan intenso que traspasa las letras. Esa leve caricia que nunca llega. Aun en la derrota resulta bello.
Abrazos querida amiga.
Me gusta esa sensación espacial relacionada con los sentimientos. Bravo, Rosa.
Un beso y tu café de hoy.
Siempre poesía pura y pura poética que inunda el alma, aunque sea al ras del suelo, o tan alto como llegue el humo.
muchos besos!!!
Las caricias tan necesarias, curan heridas y alivian sinsabores. Un abrazo
UFFFFFFFF. EXCELENTE!!!!!
ABRAZOS
Es verdad, con lo facil que es susurrar a la piel con una caricia;pero a ves las cosas no son tan fáciles y tenemos que elegir antes de acabar con nosotros mismos.
Muy bien cmpaginado el texto con la fotografía.
Un abrazo
Dolor y desasosiego es lo que me transmiten tus palabras. Un relato duro pero bello. Besos.
No podría vivir jamás en un piso 63, aunque fuera una vida a ratos y a hurtadillas. Sería una vida insuficientemente satisfactoria.
Un fuerte abrazo.
Hola; me ha encantado el texto. Esas caricias contrapuestas, ese azul engañoso. Cada uno no está contento con lo que tiene, pero es verdad, estando en ese piso, deseando seguir subiendo... Genial. Saludos. Pablo.
Muy buena inspiración... hay veces que ni todo el amor puede con determinadas cosas.
Un beso.
Pues me ha parecido una muy sutil crónica urbanita...sutil por las potentes imágenes que contiene...
Muy bueno para tan breve como se hace...
Besos
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