-Ella es mi prima de la que me siento muy orgullosa. Os dejo parte de una entrevista que hizo ABC-
María José Moya: «Sin piernas, yo bailo con los ojos, con el alma, ¡con todo!»
«Si había enterrado el sueño de ser actriz, ¿adónde iba a llegar con el baile? Pues hoy sé que si deseas algo con la suficiente fuerza se cumple». «Yo soy coja, y ahora ni eso, porque voy en silla de ruedas, pero toda mi vida lo he sido. ¿Y para qué buscar otra palabra? ¡Qué complicado!»
Esta andaluza criada en Barcelona fue baloncestista paralímpica en Barcelona 92
Cuántas veces dijo «no será posible»?
-Con 7 años y muchas lágrimas enterré el sueño de ser actriz. Lo impactante fue que cuando el año pasado empecé con la danza volvió a aparecer la frase «ten cuidado con lo que sueñas». Yo ya bailaba, estaba haciendo los talleres de baile... Y eso estaba ahí. Llevaba siete años actuando en teatro amateurcon un grupo de Lleida, pero ahora sentía lo que es ser bailarina. Y si había enterrado el deseo de ser actriz, ¿adónde iba con el baile?, ¿cómo decir a mi familia que quería bailar? ¡Era el colmo! Pues hoy sé que si quieres algo y lo deseas con la suficiente fuerza se cumple el sueño. A mí me ha pasado.
-¿Qué le da la danza, la música?
-Vida. Es magia. Me encanta la frase «bailar es soñar con los pies». Pero también es analgesia, vitaminas...
-Y cuénteme, ¿cómo es la vida sin caminar?
-Es que si creces así ni te lo planteas. Con 18 meses me contagié con el virus de la polio. Había una gran pandemia y en España no se había instaurado aún la vacuna. Por mi enfermedad, mis padres decidieron emigrar desde su pueblo, cerquita de Sevilla, a Barcelona, que era donde me habían operado por primera vez. Allí me crié, conocí a mi marido y tuve a mis dos hijos. Intentas entrar en la vida laboral, y hablo de los años 70, cuando contratar a un cojo era aún más complicado, pero una vez que estás ahí empiezas a normalizarte, te independizas y no te cuestionas nada. Cuando tuvimos a nuestro primer hijo la familia se echaba las manos a la cabeza porque al salir de la clínica decidí irme a mi casa con mi niño y mi marido, que también va en silla de ruedas. ¿Y adónde creían que iba a ir, a casa de mi madre o de mi suegra a que me dieran sopitas? No, no, a mi casa y ya me apañaré. Tenía muy claro que tenía un hijo para ser responsable y no para seguir colgada de mis padres...
12 comentarios:
¡¡Bravo por esa ilusión y por la valentía!!!
Muy buena aportación, me alegré mucho de leerla.
Un beso, Rosa, y el cafelito que no nos falte.
Ese coraje de vivir es contagioso, que poder tiene la ilusión. Hoy hemos disfrutado sabiendo que hay personas maravillosas y otras que lo cuentan. Un abrazo
El autor de "Juan Salvador Gaviota", Richard Bach, escribió una vez: "Justifica tus limitaciones y ciertamente las tendrás". Creo que éste es un ejemplo de cómo darle la vuelta a la tortilla con mucha sabiduría, valor y acierto.
Gracias por compartirlo. Un abrazo.
Increible; pero es que si quieres algo y luchas, lo consigues, y aquí está el mayor ejemplo, y tantos otros que existen.
Muy chula la entrevista.
Un abrazo
Dicen que si puedes soñarlo puedes hacerlo. Tu prima es un claro ejemplo de ello.
Un saludo.
Se justifica el orgullo por tu prima.
Muy valiente por afrontar las adversidades, cumpliendo los sueños.
Un abrazo.
¡¡Que maravillosa mujer!!
Se puede, si que se puede.
Lo importante es quererlo y hacerlo.
mariarosa
Me encanta la frase "bailar es soñar con los pies", sera porque nuestra vida esta hecha de sueños los cuales a pesar de nuestras limitaciones intentamos que se cumplan. Tu prima es todo un ejemplo de ello, me hace pensar en una amiga que tambien baila en silla, que cuando va a un pais no mira si este esta mas o menos adaptado ya que siempre sabe salir airosa de todas las situaciones, que a pesar de no caminar vuela en parapente....y es que los sueños no tienen freno cuando se quiere vivir intensamente la vida. Gracias por tu aportación, besos.
Hola; me he pasado por una gran cantidad de blogs leyendo un sinfin de textos sobre la propuesta, pero no una entrevista. Estas son palabras vivas de superación, un aliento que empuja a cualquiera a eso, a conseguir sus sueños, sus deseos. Un abrazo.
Esa semana no me fué posibles escribir, a pesar de desearlo. Mi admiración por la protagonista de tu historia. Sé muy bien los estragos de la polio, pero también conozco a fondo y de primera mano, lo que la voluntad, el empeño y el amor propio, son capaces de lograr en la lucha contra las propias limitaciones.
Un fuerte abrazo.
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