No hacía aire esa noche, era extraño entonces el crujir
de las ventanas, el silbido insistente que horadaba mis tímpanos. Abrí las
persianas y contemple como la noche se deshacía en mi puerta.
Una hilera de luces
rodeó la casa, candiles de aceite portados por huesudas manos cuyas uñas
se retorcían como garras entorno a la llama, daban engañosa claridad a la muerte.
Las raíces de la higuera crecieron con desmesura agrietando la tierra, salieron a
respirar y la luna, afilada como una
guadaña, las segó de un tajo.
La
savia se derramó espesa y púrpura
señalando un camino sin vuelta.
Un fuerte olor a azufre se adhería a mi piel volviéndola azulada.
Las campanas tañían para mí.
No grité, no pude moverme, cerré los ojos deseando que
fuera sólo un sueño, pero ya no desperté.
Esta cadena no debe romperse. Al amanecer tomaré mi candil de aceite y caminaré con
ellos hasta tu casa…
Reza.
12 comentarios:
Procuraré mudarme antes de que llegues, mala amiga. Además que yo no tengo candil con aceite ni sin él y no recuerdo como se reza, así que pasa de largo.
Un relato inquietante, Rosa, sobre todo con esa promesa de comparecencia final.
Un abrazo.
Ehh... y si me mudo? jajaja
Me has espantado con tu relato...
Espero sobrevivir.
Un beso, Jime
La Santa Compaña, ni más ni menos, vaya amigos que te has buscado, no habría sido mejor un encuentro juevero, que somos un poquito más alegres???
Besos, guapa!!
Un relato bien llevado hasta esa terrorífica sorpresa final. Enhorabuena.
Por favor, por mi casa pasad de largo que aún nos estamos recuperando de la última procesión que se llevó a un miembro de nuestra familia.
Un abrazo.
Ay, por favó! Miedo me das! El 'caminaré con ellos hasta tu casa' me ha matao'! Así que no hace falta que vengas, eh?
Térrórífícó!
Muy buenos tus relatos Rosa, causan escalofríos..... (je)
Y yo que no sé rezar, ¿Qué hago? haré una tarta de chocolate, dicen que hace milagros...
Un besito, Rosa. Tu cafelito.
Menudo miedo que he pasado pensando en vuestra visita, espero que te pille bien lejos y ya estes cansada de andar por otras casas ajenas.
Besos querida amiga.
Yo no me apunto a este grupo de amigos Rosa, lo siento, pero prefiero seguir en los jueveros, así sin más.
Un relato que cumple todas las reglas de esta convocatoria.
Besos.
Muy bueno Rosa. Ha sido terrorífico de verdad.
Un beso.
Esta procesión es como la de Semana Santa, pero más posesiva e inquietante.
Un abrazo.
Parece siniestra esa campaña y además, bastante aburrida. Siniestra y aburrida, que indeseable combinación
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