lunes, 27 de junio de 2011




"Porque todo el mar no cabe en una caracola,
tanta mujer se derrama en estos versos.
Sirena de cualquier viento,
salina seca"

jueves, 16 de junio de 2011

Este jueves, "palabras para una imagen"



Como un lienzo pintado, la mañana,
a pinceladas rotas se abre de par en par ocupando la ventana.
Entrecierro los ojos buscando un perfil entre los verdes,
un trazo de tu ausencia en la lejanía,
un azulado junco que sobreviva añorando los charcos.
¿Qué color tiene el dolor?
Cada amanecer es un borrón de luz derramado en la paleta.
El horizonte se desviste y se entrega.
Ven, llegarán enseguida los gorriones a pactar una tregua con la tormenta.


(Estare todo el fin de semana en un encuentro de poetas en Avila, pasare por vuestros blogs a partir del lunes)

jueves, 9 de junio de 2011

Relato de jueves "Los Pies"



Había cosas que no tenían arreglo. Mis pies por ejemplo. Feos hasta doler.
Pensé exibirlos en un circo y para eso me entrené sometiéndolos a posturas grotescas. Escribía y pintaba con ellos, me contorsionaba hasta persignarme con el pie, cosa irreverente según mi madre, que me hizo desistir de mi sueño de artista.
Fui una adolescente guapa. De ese modo, quien me miraba a los ojos o un poco mas abajo, nunca llegaba al espectáculo de mis extremidades inferiores.
Me casé con un snob. Un partidazo.
Hace unos días me sorprendió con un regalo. En la caja decía “Garra Rufa” y el azar, caprichoso o inepto cambió las etiquetas en el momento mismo del embalaje.
Las crías de piraña no entendían de Ictioterapia y se limitaron a hacer lo que sabían.
Ahora tendré que donar mis zapatos a “Absurdos sin fronteras”

viernes, 3 de junio de 2011




No, no, no es necesario, -decía la Mandamás-, no es necesario que tengan que participar todos los niños. Además Hilario, que está en su silla de ruedas, entorpecería la obra, el no entiende, no habla y constantemente grita y se le cae la baba, no será agradable ni lucido que ocupe un lugar en el escenario. Usted elija a los más listos, procure que los niños salgan guapos y que sus padres guarden un buen recuerdo de la fiesta de fin de curso…
Salí de aquel despacho como quien huye de la guarida de una alimaña. Vomité el desprecio sin palabras y no quise llorar. No es papel relevante para una profesora de teatro.
Los ratos de ensayo fueron un regalo. Perdí cuatro kilos y gane los besos más sinceros de aquellos niños que jugaban muy en serio a ser actores.
Hicimos nosotros mismos los decorados y los ropajes que conformarían las cuatro estaciones, la gente del pueblo, un narrador y un Rey.
Veintitres alumnos, todos guapos, todos listos, todos protagonistas ante unos padres orgullosos.
Hilario llevaba una corona de papel de plata, pero su entusiasmo era de oro. Limpió su baba con la manga del traje real y gritó de alegría viendo como le rodeaban sus súbditos.
Fue un éxito.
Afortunadamente, las alimañas no salen en las fotos.