jueves, 16 de julio de 2015

"Flores de un día" Relato de jueves




Se empeñan  las golondrinas en retocar el barro de sus nidos, se empeñan las esquilas en medir el paso del rebaño, mientras la polvareda sube cubriendo las campanillas.
La enredadera se recuesta en la tapia  salpicando de flores el postigo.   
El verano  estrena un vestido de colores y por el entramado, juegan al escondite los pájaros.
Los gatos y yo entornados los ojos, rendidos al aroma, vemos como se mecen  púrpuras y rojas las  flores de un día.
Esta belleza efímera sembrada en mi patio, me confirma que  la vida es sólo un instante.

Al anochecer me apago, aunque se empeñe el amor en darme una tregua.

jueves, 9 de julio de 2015

Sucedió en un tren... Estación, Relato de Jueves


Alfredo pone "en rojo" el comienzo de éste viaje, el resto, "en negro" será el destino a donde cada juevero quiera llegar.



Su voz era como un susurro, hablaba y hablaba sin escatimar en detalles. A esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me adormecían sin poder evitarlo. El abuelo repetía una y otra vez la aventura de aquel viaje en el que una vez en el tren se dieron cuenta que habían olvidado al niño en la estación.
Fue un barullo, un trajín de maletas y adioses y Manolito, ajeno al drama, siguió jugando a las canicas cerca de la cantina.
Llegados a este punto del relato, yo ya dormitaba recostado en la mecedora y el abuelo aprovechaba para fumar el cigarrito que le teníamos prohibido.
En mi duerme vela, oí que el tren del abuelo ya iba por el transbordo que hacía en la estación el nocturno de Irún y que a Manolito, (mi tío abuelo) lo había recogido una familia de Teruel.
Cinco campanadas de reloj y el susurro se hacía cada vez más tenue. No tardará en cerrar los ojos y aun así seguirá ensartando palabras.
Nunca hemos llegado al final de la historia, ni el abuelo ni yo.
Él tiene el equipaje de la vida preparado, los nietos nos repartimos su soledad mientras pasan las estaciones.

Desde ésta  ventana de hospital, se oye el silbido de su último tren.

jueves, 2 de julio de 2015

Relato de jueves: "Un día en la vida"




El sol llama insistente pero yo ignoro la prisa de la luz cerrando de  golpe la mañana.
Hoy no me quiero levantar.
La rutina del café sin azúcar y el pan quemado, el silencio que me enclaustra, la lista de la compra, los platos por fregar, la radio que no calla, el teléfono descolgado, el peso de la vida.
El crujir de mis tripas, el reloj de arena, la siesta tras los párpados, la tela de araña, el libro abandonado, el soliloquio de la mecedora, la merienda de recuerdos, el hambre de ti.
Hoy no me quiero levantar.
La ropa tendida al solano, los sapos sin reinado, el olor de la leña  de olivo, el temor a la palabra, la cena de los idiotas, el llanto del sauce, la sombra de las cigüeñas, y por enésima vez los golpes en la puerta…
Pero no, hoy no me quiero levantar.
Mañana será otro día.