lunes, 29 de junio de 2009

Pesadilla





Soy el espejo
En la pared de tu miedo.
Mi imagen te socava la soledad,
y cobarde,
te sacas los ojos.

domingo, 28 de junio de 2009



Detrás del humo llegas
con la sombra prestada,
las maletas deshechas
plegadas las alas…
Sabes que,
Mirarse o morirse a ratos
no es suficiente.
Deshazte del asombro,
desnúdate,
ven,
arde,
No te conformes.

sábado, 27 de junio de 2009

Sabados literarios de Mercedes "Diario intimo de una nevera"




Helaíta, así me tienen los visitantes de mis adentros.
Vacía a ratos, vacío que duele porque la luz rebota en mis costillas lanzando al estrellato a la única lata de mejillones en escabeche que me habita.
Yo no tengo nombre. Soy la costumbre, el trasto que ocupa media cocina, gorda por convicción y fría por defecto.
Blanca. A mi me gusta ser blanca y parcelada por dentro, dejando el corazón a un lado. A mi no se me permite ese gasto superfluo de acondicionar un habitáculo guarda-emociones.
Nadie entiende de eso… aquí sólo se guardan cosas que caducan.
Me mueven del uno al diez o del diez al uno sin previo aviso. He de adaptarme a los subidones cuando me atiborran, según el día, de verduras para el régimen, de chorizos para la barbacoa o de cervecitas para la final del partido.
Y es que a mi no me gusta la soledad del yogur de plátano, ni la mudez de las acelgas, ni la indiferencia de las ciruelas, los silencios del queso fresco, la callada comunista del Ketchup, los soliloquios del jamón cocido, la friolera Mirinda o la sorda manera de aplaudir de las chuletas.
Alegría, aunque tenga gastadas las bisagras, aunque en verano me explote “la patronal” yo quiero la alegría del agua helada en las gargantas y ser, en dos sacudidas, cubito de hielo y nadar en el tinto con gaseosa.
Alegría, que soy del sur por adopción aunque me fabricaron en Alemania.
Se que no soy el último modelo, que apenas abren mi puerta la compañía eléctrica aplaude sus dividendos, pero también se que me han tomado cariño y me condecoran con imanes para sujetar notitas que luego nadie lee.
Me quieren porque soy simple ( Y no como la lavadora, el horno, la vitrocerámica, la plancha, y hasta para colocar el rollo de papel de water que hay que estudiar latín, y si no que se lo pregunten a algunos)
Yo soy la nevera de la casa de los Núñez… y este es mi curriculum.

sábado, 20 de junio de 2009

Sábados literarios de Mercedes


Testamento

Saqué la caja de cartón dónde se guardan los estorbos, esa caja que se esconde para evitar saqueos emocionales y esperé a que todo en la casa durmiera para organizar la vida caduca de mis pertenencias.
Para no alertar, prendí una vela que diera la luz justa, cálida e intima a los fantasmas esparcidos sobre la mesa.
En el reloj de pared se desmenuzan las horas.
Cuando amanezca, la luz y el éxodo no deben cruzarse.
La cera habrá ardido justo al tiempo de que mi testamento este racionado.
Yo cierro los ojos y al tacto reconozco los objetos, los años pasan de golpe descontando colores, olores, sabores… toda yo dividida entre los cachivaches, dispuesta a regalarme sin previo aviso.
Hago montones con los sentimientos para adjudicarlos de uno en uno a los candidatos que a lo largo de mi vida fueron dejando sus solicitudes en el buzón de mis querencias.
Yo siempre fui rarita, les consta, y en un poema que escribí a los veinte años, ya les alertaba con estos versos dónde la métrica y la lógica no entendían de renglones:

"Si me pongo a hacer recuento
De mis tristezas y mis versos
Que, de forma equitativa
Heredaran, seguro, mis amigas
El día en que lloren fingiendo
Los enemigos en mi entierro,
Tendré toda una fortuna
De fracasos y de lunas
Que hilvanados como rezos
Serán generosamente regalos devueltos...
Más... sigamos con la hazaña
A ver a quien dejo mi amor y mi jaula.
¡Triste! Ninguno será sincero...
Ofreceré la amargura y todos dirán
-Si quiero-
y luego con la última rosa,
volveré a ser la dueña de todas las cosas.
Y me aplastaran con su peso
La amargura, la tristeza y mis versos…"

Pues así, no van a extrañarse de mis otras cosas importantes que les lego.
De mis tesoros fatuos, de mis desganas de dar y de darme… tan temprano.
Si la muerte me coge desprevenida en la risa ¿quién entendería mi alegría?
Si el amor me roza los labios con ese nombre prohibido ¿Quién se sabría mi dueño?
Si estalla la piel de mi memoria, si se desdibujan mi credo, mi norte y tú, ¿Quién escribirá caricias en mi espalda a modo de epitafio?
Vamos…
Sin equipaje, vámonos Imaginación, con la parca a otra parte.

sábado, 13 de junio de 2009

Los sabados de Mercedes (mi amor, mi primer amor)



Nunca es tarde


Me acabo de mirar al espejo.
No me molestan nada las arrugas ni son mis canas motivo de queja, nada impide a mis pensamientos volar lejos, ni los kilos de más me estorban, ni la libertad de menos me coarta…
No, hoy no me reconocerías, a pesar de que mi sonrisa sigue anclada en tu puerto. El recuerdo es sólo una bandera sin patria que se arría sólo en los momentos de soledad, es la insignia que te alerta de la melancolía.
Hoy salen a subasta los sueños y yo voy a gastar toda mi fortuna para colgar los tuyos en las paredes del futuro.
Nunca es tarde, me dije al despertar, y corrí a ponerme guapa por fuera.
Me acabo de mirar al espejo para gustarte de nuevo, amor primero, para atreverme, amor primero, para no merecer mas infierno que el de saberte lejos, para ocuparte, amor primero, todas las horas del resto de tu vida…
(La sombra del eucalipto se refleja en los cristales. Como un encaje le enmarca el rostro mientras mira por la ventana buscándole. La enfermera le pone jazmines en el pelo de nieve, y la conduce al final del corredor donde otros residentes se disputan el tiempo.
Ella ha roto el reloj de la espera y se esconde en el bolsillo la última carta de amor.
Esta tarde le pedirá en matrimonio.
Benito vive en el mundo hueco del alzheimer… ella ensaya a diario este ritual para no perderlo del todo.)

domingo, 7 de junio de 2009




Este murmullo esquivo
Que no te nombra,
Esta razón que me crece
Silencio arriba,
Este otoño sin raíces de tu voz…