miércoles, 25 de enero de 2012
Relato de jueves: Cosas de brujas
Hoy es el perfecto día para desescombrar mis castillos de arena.
Abriré la jaula de los cuervos de paja, la caja donde tejen laberintos las tarántulas.
Saldrán a deslumbrarse los murciélagos que cuelgan de las cuatro esquinas de mi pensamiento.
Mi gato negro desandará los tejados hasta encontrar el perfil de la luna.
La ventana que da a la noche se abrirá de par en par y huirán los sapos hasta la orilla de tus ojos de agua.
Alfileres de colores harán vudú con nuestras horas.
Conjuros, magia, telarañas, humo, pócimas de hiel, ungüento de cizaña para mis versos… todo a la basura.
Desentono en este aquelarre.
Quiero huir, pero la escoba ya no me obedece.
domingo, 22 de enero de 2012
miércoles, 18 de enero de 2012
Este jueves dos relatos desde el corazón
Uno...
Corazones de piedra
La mujer del pelo encendido no sabe que la miro.
Está sentada al resguardo del levante junto a las barcas muertas, segura de que no hay reloj que descuente su tiempo de sal.
La arena donde se dibujan los nombres, se la traga el mar y nunca vuelve, a cambio, la marea arrastra corazones de piedra que yo voy recogiendo mientras camino descalzo para callar el rumor de su orilla.
Los guardo para regalárselos un día…
Piedra a piedra no tendrá más remedio que construir la babel de mis silencios y estaremos condenados a entendernos.
Ella, aún no lo sabe.
Y... dos
…Y el corazón se mudó hasta los pasos.
No hay vuelta atrás.
¡Tanto quererte!
miércoles, 11 de enero de 2012
Relato de jueves: "Profecías del fin del mundo"
Acabo de firmar los papeles ante notario. He heredado la casa que fue de mis padres, anteriormente de mis abuelos, de mis bisabuelos y tatarabuelos y siguiendo la lista de propietarios, resulta que el solar donde fue edificada, perteneció al ducado de Alba.
(Me alegra tener el papeleo en orden, no sea que al Conde de Salvatierra le de por juntar las tierras de su dinastía para dar trabajo al millón de andaluces que no lo tienen y me quede yo sin corral y sin pozo…por lo que os voy a explicar)
La segunda propiedad que vine a recoger, se trata de uno de los primeros periódicos del siglo XVIII, y que es en realidad como un librillo, una publicación de carácter popular que se distribuía por aldeas y ciudades y que contaba con secciones sensacionalistas como las predicciones de lo que sucedería en el año según los astros, una especie de carta astral, datos sobre los cambios de la luna, y otras informaciones acerca de las visiones de un ermitaño relacionadas con el fin del mundo. Esto hizo que Carlos III prohibiera su publicación por considerarlo una lectura peligrosa vana e inútil para el pueblo.
Hojeo el papel amarillento, me gusta el olor a viejo de la tinta, pero no entiendo dónde está el valor o el mérito del legado.
Leo con desgana separando las hojas que crujen muertas y me eclipsa la sección de las profecías escritas en latín e ilustradas con unos precarios dibujos o mapas que cuentan más o menos esto:
“Puerta para huir del fin del mundo que acontecerá en el año del Señor de 2012, con las primeras nieves.
Cuando tiemble la tierra reptarán los gusarapos por las venas vaciando a los niños, cuando engendre el fuego en las gargantas, los brazos de la muerte tejerán como arañas…
Al Nor-este, a muchas leguas del reino, hay una boca cubierta de helechos dónde gime el agua. Fortaleza de musgo y barro. ¡Huye! ”
Casi no puedo moverme, me tiemblan las manos, los ojos clavados en las coordenadas que torpemente dibujan mi comunidad, mi pueblo, mi casa, mi patio…MI POZO.
Ese pozo que guarda los ecos de mi voz de chiquilla, de dónde colgaba el cubo de latón en los veranos como una campana para despertar la sed, blanco pretil por dónde pespuntean las hormigas el camino mas largo…
La profecía. Mi herencia.
P.D.
Hay sitio para todos. Los interesados háganmelo saber y les envío plano.
martes, 10 de enero de 2012
sábado, 7 de enero de 2012
viernes, 6 de enero de 2012
martes, 3 de enero de 2012
No se por dónde empezar
Tendría que haberlo apuntado en un papel, pero, mira, aquí me veo como cada año nuevo sin saber el orden de prioridades para los deseos.
Lo de las obligaciones lo tengo claro y es lo único que no cambia tras las campanadas.
Que horror, he salido en las fotos con la boca cerrada a duras penas para que no se escapen las once uvas que no me dio tiempo masticar aún cuando ya había sonado la mitad del tiempo.
Una heroicidad gritar feliz año nuevo cuando aun me quedan cinco uvas con sus pieles y sus pepitas dando vueltas entre la sonrisa y los dientes apretados.
Con el cava y la responsabilidad de atribuirle poderes mágicos a las burbujas, se brinda y se piden cosas (la mitad imposibles) hasta que el gracioso de turno te rocía de confeti y te ata con serpentinas al borracho solitario que está al otro extremo de la barra.
¡Feliz año Nuevo! Y yo sigo la corriente, total, millones de celebrantes no pueden estar equivocados.
Vida nueva, dicen, y a todo esto hay que ponerse unas bragas rojas y besar al enemigo que normalmente cena en tu misma mesa y que minutos antes te ha dicho eso de: “estas mas gorda que el año pasado, querida” y para no venirte abajo y morderle directamente en la yugular, coges el trozo de turrón mas grande y te vengas.
El traje de lentejuelas me sienta como un tiro, sobre todo si me comparo con la rubia del tercero que es un pincel. Yo, que soy más de brocha gorda, ¿me entiendes?
La gente se abraza, la gente llora, huele a pólvora y a perfume de los domingos. El frío talla figuritas en los cristales y se brinda al calor de las velas por todas esas cosas que no tienes.
Es un vano intercambio de ilusiones que saben a matahuga, a humo de cigarrillo de contrabando, a besos de carmín indeleble.
Feliz Año Nuevo…
Tendría que haberlo apuntado en un papel. No se por dónde empezar.
lunes, 2 de enero de 2012
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