jueves, 24 de junio de 2010

Machado en la voz de todos





Homenaje a Machado en su casa natal, Palacio de Dueñas, el pasado martes 22 de junio, organizado por Pedro Luis Ibañez Lérida.

Estuvieron presentes: la duquesa de Alba, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, la delegada de Presidencia y Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño; el alcalde de Soria, Carlos Martínez Mínguez, y representantes de los ayuntamientos de Segovia, Soria y Baeza (Jaén), que participaron en la Asamblea de la Asociación Red de Ciudades Machadianas.

Tras una breve disertación, a cargo de Enrique Baltanás sobre la figura de Antonio Machado. Intervinieron los poetas y músicos:
José Luís González Cáceres, Martín Lucía, Nieves Peña Martos, Sol Guerrero, José María Marín, Fernando Rodríguez Massia, Carmen Valladolid, Lola Crespo, Rosario Muñoz,Víctor Jiménez y una servidora.
Ha sido un placer compartir espacio y poesía con tantos y buenos compañeros.
Gracias a todos.

jueves, 17 de junio de 2010

"Bichos" Relato del jueves



¿Te acuerdas?




Yo era la que vivía en la caja de lata, en la última estantería de la despensa.
A mi lado, el laurel se retorcía hasta secarse, y al otro extremo de aquella oscura madera de cerezo, se apilaban los lebrillos de barro.
La poca luz que se filtraba por las rendijas de la puerta, dibujaba en la pared los barrotes de mi cárcel.
Nunca atravesé la frontera para llegar a la frescura de los ladrillos.
Mi mundo limitado por el miedo, se reducía a las cuatro baldas. Solo una vez llegué hasta el techo porque me atraía el olor de la enea mezclado con las cañas y el adobe.
¿Te acuerdas? Una hilera de hormigas custodiaban las rosquillas de nata, otras rodeaban los botes de uvas en aguardiente. (Siempre me agobió ese meticuloso orden del hormiguero)
Olía a tomillo, a almoradú, y a manzanilla amarga recién cortada.
Se multiplicaba la calma en las tardes de noviembre mientras el sol se dibujaba como un cuchillo en la puerta abierta del zaguán.
Con el frío, la despensa se vestía de sabores. Las orzas de manteca en el rincón, las castañas en el cesto de mimbre, las granadas que, abiertas, parecían sonrisas gigantes y rojas, los membrillos endulzando el aire...
El ronroneo de los gatos me producía inquietud obligándome a permanecer quieta, casi sin respirar, al borde mismo de la lata.
En cambio tú, salías a tu antojo haciendo giros imposibles para esquivar su zarpazo.
En el suelo, el cajón de las patatas fue tu cuartel de invierno
¿Te acuerdas? Tu último invierno.
(Vi como te llevaban entre el hueco de dos manos, sin aplastarte)

Que trajín hay en la casa... la están desalojando.
Yo reiné sola durante muchos días y deambulé sola durante muchas noches haciendo surcos en el polvo de las estanterías hasta que me dejé morir.

Que frío hace aquí.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Inmóviles tras el cristal compartimos epitafio, ¡quien lo hubiera dicho!
Con letras doradas dice: “Dictiopteros” “blatta orientalis”.
Lo que yo daría por escuchar de nuevo... “¡Mira, una asquerosa
cucaracha de mierda!
¿Te acuerdas?

miércoles, 9 de junio de 2010

Este jueves un relato... ¿Hacemos deporte?



Tenía doce años recién estrenados y una bicicleta tan flamante como mis años.
-Tanto ejercicio te va a dejar en el chasis-, me decía mi abuela, que era la más reacia a la libertad que suponía el descubrimiento de aquel deporte.
Faltaba convencerle de que mis cuarenta kilos aguantarían sobre las ruedas sin mermar.
Mis amigos miraban las llantas brillantes de mi regalo de cumpleaños mientras yo subía y bajaba las cuestas con las trenzas en volandas, el corazón acelerado y todo el sol arrebolando mis cachetes.
Yo añadí algunas mejoras al cacharro de dos ruedas, por ejemplo: desenroscando uno de los manillares, lo convertí en almacén secreto donde guardar un diminuto lapicillo y un papel enrollado como si fuera un cigarro, suficiente espacio para anotar algún acontecimiento inesperado en mis paseos.
Todos los días cambiaba la hojita porque tenía la suerte de que siempre ocurría algo digno de ser escrito. (Yo entonces no sabía que la pasión de mi vida no sería la bicicleta, si no plasmar en papel cuanto de especial pasaba por mis ojos)
Conservo aún en mi trastero aquella reliquia con el verde desgastado por los años.
Inevitablemente, quedaron atrás mis cuarenta kilos y algunos amigos. He gastado muchos lápices y he llenando muchos papeles con historias.
Ya no tengo trenzas ni abuela que me de consejo, ni formo parte de la élite deportiva…pero cuando quieras, te reto a una carrerita.

viernes, 4 de junio de 2010

Conversaciones con Dios. "Sábados literarios de Mercedes"


-La oración del olvido-


Mi padre me enseñó que Tú estabas siempre, en todas las cosas, que Tú me cuidarías, me dijo, que Tú acudirías a mi llamada.
Mi padre, pobre, no sabía lo ocupado que estarías en los momentos en que la adversidad se posara en mi hombro.
Te busqué, te llamé, te rogué por mí y por los otros.
Nunca estabas, nunca acudiste, nunca atendiste mis ruegos.
¿A quién me quejo?
Si el Dios de la salud tiene una gran lista de espera,
Si el Dios de la Justicia no oye,
Si el Dios de la paz mira para otro lado,
Si el Dios del amor calla,
Si el Dios creador no guardó las instrucciones de cómo manejar los vientos, ni las aguas, ni el fuego en las entrañas de la tierra, ni las guerras, ni el hambre…
Mi padre…. Nunca me hubiera abandonado.
Amen.

jueves, 3 de junio de 2010

Mi otra afición


Quiero compartir con vosotros otra de mis pasiones, la pintura.
Por esta vez, el jurado creyó que mi cuadro merecía un segundo premio.
Pues gracias!!