sábado, 27 de diciembre de 2008
Silencio en las caracolas
La puerta se ha abierto suavemente como empujada por el soplo de un ángel.
No se gira, no quiere poner rostro a los pasos que llegan, no tiene prisa por descubrir.
Espera, sólo espera.
Aparta fuego del fuego y arde al aire dibujando su nombre.
El humo va borrando las letras, como un cómplice.
Que nadie sepa, que nadie llame.
El dolor desconectado para no echarle de menos.
El mar de espaldas.
Tanto silencio en las caracolas, tanta sal en la herida, tanta sed en los labios.
No, no era nadie…
La soledad que se cuela ignorando los cerrojos.
El ángel que espera no susurra más que ante la puerta del deber.
Y aquí sólo vive el amor.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Fuí
martes, 23 de diciembre de 2008
buenos deseos
lunes, 15 de diciembre de 2008
Cena para dos
Cena para dos
-Que desperdicio de mujer-, le dice el espejo cuándo su imagen se abre paso entre el vaho de los cristales de la cocina.
La realidad no se para, como ese cacharro adosado a su rutina. ¿A que sabe quererse tan poco?
Suena el “tinnnnnnnng” de su corazón inoxidable, echa humito, señal inequívoca y conclusa de una triste cena para dos.
No se debe brindar con agua, y sin embargo brota desde el duralex un ansia de festejo que por no despreciarlo, beben y beben y vuelven a beber en el más absoluto silencio.
Antes, un monosílabo bastaba para que de sus ojos saltaran chispitas, hoy tienen que echar mano del diccionario para descifrar el bufido y encontrar una respuesta igual de corta y adecuada para no desentonar con el desprecio.
A todo esto, placebo para curar un amor hecho trizas, se pasan educadamente el pan y la sal, y hacen verdaderos esfuerzos por no utilizar el tenedor en la batalla.
Llenan de agujeros el trozo de pollo como previo ensayo de una masacre anunciada.
Con desgana, se devoran y se les sale la rabia por las comisuras de los labios.
¡Que asco!
Definitivamente, un desamor viejo, es la mejor receta para morirse día a día de hambre.
domingo, 14 de diciembre de 2008
Soledad incolora
Soledad incolora
Justo en el tiempo que tarda en cambiar de color el semáforo,
soy capaz de inventar para ti un mundo mejor.
En tres segundos, mientras te acercas a mi ventanilla
he contado las grietas de tus dedos.
Hace frío. Mucho.
Golpeas el cristal con tus nudillos ateridos
y golpeas mi corazón con tu sonrisa.
A ninguna de tus llamadas contesto,
pasando del verde a la huida.
Atrás te quedas sin tiempo de pintar tu historia
con un ámbar permanente.
Hay miedo al rojo de paso,
al negro de tu mano extendida,
a la transparencia de tu mirada.
Rápido bajo la cabeza o miro a la cera de enfrente
que hay luces que parpadean y que te desdibujan.
¡Que hambre de abrazos,
que soledad incolora,
que horizonte de asfalto se divisa
desde tu laberinto de pañuelos…!
Ingratas, la noche y yo pasamos de largo.
lunes, 8 de diciembre de 2008
Aborto
jueves, 4 de diciembre de 2008
...Y respiro
…Y respiro
Mis pulmones no pueden elegir,
A golpe de aire, me entrego endeudándome.
Y pasa, que se tornan oscuros mis intentos,
Que rompo la norma sesenta veces por minuto,
en amoratado y frío ahogo.
Tan sin sentido se ajusta, cómplice,
cada engranaje del cuerpo que me aloja,
que me abandono definitivamente.
Y respiro.
Sobre el alfeizar han desahuciado al invierno
Y sobre mis manos, un aval sin fecha,
me recuerda, displicente,
la vida que me arrastra.
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