Piensa un deseo, le dije….
En un instante quiso arreglar el mundo. Cerró los ojos,
sopló las velas y
en la penumbra de sus 58 años, pudo ver que la vida es eso que pasa mientras
respira sesenta veces por minuto.
Hoy es su cumpleaños, se felicita en todos los espejos de la
casa.
Se sonríe, se interroga, se juzga, se compara, se gusta, se cree… a pesar
de no conocerse.