(Buen trabajo el de San buscando dos manos que conmigo urdieran un relato.
Me he sentido con las letras repatriadas, tanto, que pensé poner un mercadillo y vender mi desencanto.
En el "sorteo" nadie pudo emparejarse conmigo, uno, dos, tres jueveros ¡y nada!
Bueno....¡¡casi nada!! La mejor compañera hace doblete y me acompaña. Gracias SAN.)
"Se vende"
Parada frente a la luna que presidia la pared de la que
había sido mi alcoba durante media vida, me miré. De arriba abajo, de abajo
arriba, de lado a lado. No pude menos que sonreir a la imagen reflejada en él. -Soy hermosa,
sigo siendo hermosa, me dije-
A pesar de la ceguera
que me cubre los días, del
pedregal por dónde transita esta soledad revestida de fiesta.
Soy hermosa a pesar de mis cicatrices untadas con el
bálsamo del silencio, hermosa desde el mapa inconcluso de mis sueños.
Hermosa a pesar la tibieza de las caricias
prestadas, de las miradas torcidas y de los gestos perdidos en las esquinas de
mi cuerpo… Por eso ahora, hoy, he decidido colgar este cartel de se vende.
Quedará expuesto a
los ojos de aquellos que se negaron a ver las ruinas de esta casa
cuajada de negras humedades...
Al mejor postor mis cimientos, mis balcones abiertos al
sur, mis brazos, mi regazo, mis ganas de dar y de darme.
Se vende en el mercado de cobardes, ¿Quién vocifera mis
encantos? ¿Quién me manosea el alma? ¿Quién
me guarda en los pliegues del aire?
El trueque de amor
también vale.