miércoles, 2 de agosto de 2017

Jueves para escribirme una carta

                                   



Ya sé que miras para otro lado, que hablas bajito a la menguante luna de julio, ya, ya sé que estás lejos, exactamente a dos silencios de mi palabra y sin embargo, sé que me escuchas como quien oye llover.
Que nos separan unas cuantas preguntas, que nos encierran unas cuantas respuestas entre estos barrotes insensibles de la ignorancia. 
Algún día, la razón, como por descuido, se dejará la puerta abierta y las cavilaciones harán un nido a las afueras dónde podamos querernos a ratos.
Mientras, quiero contarte que crecemos en la misma dirección del miedo, que por las regueras sigue bajando la rutina con su traje de domingo, que huimos de las caricias como gatos callejeros…
Que tú lees y yo escribo metáforas para escondernos, que cabalgamos a lomos del mundo abocadas a no encontrarnos ni tan siquiera en unos versos.
Te he llamado por esos nombres que te contienen  escribiendo en la página arrugada de tu memoria y rubrico en tu sien el final de esta carta que nos desnuda,  Rosa María, o Rosa Desastre…
Al menos sé que me escuchas… como quien oye llover.