Hoy solo quiero dar cuerda al futuro,
No importa el curso de las horas sin ti.
Girar las manecillas en sentido contrario
Al hueco crepuscular de los sueños,
Quiero negar a esta cintura sin yugo,
la luna creciente de tus mareas.
Cegar tu engañosa luz de luciérnaga,
apagarte de mi entraña,
Y a tientas, recorrer otro cuerpo,
Pecando.
Mientras rehuye tu tiempo a mis relojes
Celebraré desnuda la tormenta que te preceda.
2 comentarios:
Los ídolos siempre tienen sus piel -y su piel- de barro. Lo mismo que sus adoradores, polvo al cabo. Así que sí, mejor "pecar" mientras ese barro aún está húmedo.
Abrazos.
Te devuelvo la visita que me hiciste y el comentario, no sin antes avisarte que no serán los últimos. Volveré a disfrutar de esa sensibilidad que destilas en cada uno de tus posts.
Ha sido un placer descubrirte. Un saludo.
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