domingo, 12 de julio de 2009



¿Por qué no me preguntas nunca
Cuando de repente me torno oscura,
A que hora se enciende
El candil de mi alegría?
¿Por qué te quedas siempre
al filo de mi abismo,
sin que te alerte el lastre que arrojan mis días?
Cada vez estoy más hueca…
¿Por qué no te preguntas si me pesa la vida?
¿Por qué no me preguntas nunca
qué me sobra mientras me desnudas el cuerpo,
que me falta, que me estorba,
que tengo…?
¿Por qué te quedas siempre
Al filo de tu silencio
Sin que te alerte la guadaña que me sangra?
Cada vez estás más ciego…
¿Por qué no te preguntas dónde ardo cuando tú me apagas?
¿Porque no me preguntas nunca
Cuando de repente estallan mis alas,
si es la miel de tus barrotes
la que envenena mi vuelo?

5 comentarios:

Lupe dijo...

Sentidas preguntas con difíciles respuestas.

Un placer leerte.

Te envio un abrazo.

Maat

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Sin duda por egoísmo, de otra manera, aunque sea con la mirada te lo preguntaría.


Saludos!

Trini Reina dijo...

Creo que por cobardía.No, no lo creo, estoy segura.
La cuestión es: y nosotros, los no preguntados, preguntamos?

Así nos pasa la vida y la rutina nos come los años.

Rosa, es un poema magnifico, porque magnifico me parece lo que me llega y me traspasa y se me queda.

Abrazos

ralero dijo...

A veces nos detiene el miedo a las respuestas.

Abrazos.

MARU dijo...

Por rutina, por indolencia, por creer que el amor está conseguido....

Gran lección, debíéramos de aplicárnosla.
Un besito