lunes, 7 de septiembre de 2009

Amargos




Duele
estar juntos,
atravesados por la rutina,
a punto de desangrarnos
para alimentar al fracaso.
Duele
aunque no sepamos ya
del sabor del otro,
aunque la herida de la costumbre
no cicatrice.
Duele.
En cada uno de los intentos,
la herrumbre nos agujerea la vida.
El roce nos envenena
y agonizamos gota a gota
por no arrancarnos de lo establecido.
Duele
el saberse arrojado de la piel,
a las afueras de ti mismo.

5 comentarios:

Trini Reina dijo...

Duele...a base de soledad interna, a pesar de los intentos de respirar en el naufragio, a contra natura del amor, a la espera de una resurrección imposible...Duele

Magnifico

Abrazos

ralero dijo...

Duele no estar estando.

Un beso (también sin mascarilla).

Neogeminis Mónica Frau dijo...

A veces hay que animarse a poner fin al dolor.


Saludos!

Lupe dijo...

Hola Rosa.

Estos versos suenan a rutina y desamor. Y ambos, duelen.

Un poema estupendo impregnado de tristeza. Pero real.

Un abrazo.

Maat

eva pardellas dijo...

y aún duele más decir adiós.....un poema triste mi cielo....pero real...besos guapa