jueves, 17 de junio de 2010
"Bichos" Relato del jueves
¿Te acuerdas?
Yo era la que vivía en la caja de lata, en la última estantería de la despensa.
A mi lado, el laurel se retorcía hasta secarse, y al otro extremo de aquella oscura madera de cerezo, se apilaban los lebrillos de barro.
La poca luz que se filtraba por las rendijas de la puerta, dibujaba en la pared los barrotes de mi cárcel.
Nunca atravesé la frontera para llegar a la frescura de los ladrillos.
Mi mundo limitado por el miedo, se reducía a las cuatro baldas. Solo una vez llegué hasta el techo porque me atraía el olor de la enea mezclado con las cañas y el adobe.
¿Te acuerdas? Una hilera de hormigas custodiaban las rosquillas de nata, otras rodeaban los botes de uvas en aguardiente. (Siempre me agobió ese meticuloso orden del hormiguero)
Olía a tomillo, a almoradú, y a manzanilla amarga recién cortada.
Se multiplicaba la calma en las tardes de noviembre mientras el sol se dibujaba como un cuchillo en la puerta abierta del zaguán.
Con el frío, la despensa se vestía de sabores. Las orzas de manteca en el rincón, las castañas en el cesto de mimbre, las granadas que, abiertas, parecían sonrisas gigantes y rojas, los membrillos endulzando el aire...
El ronroneo de los gatos me producía inquietud obligándome a permanecer quieta, casi sin respirar, al borde mismo de la lata.
En cambio tú, salías a tu antojo haciendo giros imposibles para esquivar su zarpazo.
En el suelo, el cajón de las patatas fue tu cuartel de invierno
¿Te acuerdas? Tu último invierno.
(Vi como te llevaban entre el hueco de dos manos, sin aplastarte)
Que trajín hay en la casa... la están desalojando.
Yo reiné sola durante muchos días y deambulé sola durante muchas noches haciendo surcos en el polvo de las estanterías hasta que me dejé morir.
Que frío hace aquí.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
Inmóviles tras el cristal compartimos epitafio, ¡quien lo hubiera dicho!
Con letras doradas dice: “Dictiopteros” “blatta orientalis”.
Lo que yo daría por escuchar de nuevo... “¡Mira, una asquerosa
cucaracha de mierda!
¿Te acuerdas?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
15 comentarios:
Sí, mucho peor es la asepsia de la indiferencia, sin duda.
Abrazos.
De pronto, no me parecen tan de mierda las cucarachas, tú tienes la culpa. Es que no se puede glosar tanto y tan bien sobre lo aparentemente feo y desagradable.
La próxima vez que vea una me lo pensaré dos veces antes de triturarla con la suela del zapato (...sólo dos veces, eh)
Besos
Qué preciosidad de relato. Tienes magia en los dedos, Rosa_Desastre. Me encanta cómo escribes. Has conseguido que una cucaracha me parezca un ser tierno y encantador.
Siempre es un placer leerte.
Un abrazo
Hola Rosa.
Sólo tú eres capaz de escribir así de bonito sobre algo tan asqueroso como una simple ¿blatta orientalis?
Es un verdadero placer leerte.
Un abrazote.
Maat
Uff con el asco que me dan, solo de pensar en ellas...
Un bonita forma de contar la historia.
Felicidades
Realmente tienes magia en los dedos, en el pensamiento, querida Rosa. Nunca me pude imaginar que una cucaracha podría resultarme algún día un ser tierno y hermoso.
Envidia sana me da esa imaginación desbordante y mágica que tienes.
Siempre te leo, no lo dudes, aunque no siempre te pueda dejar la huella de mi paso.
Un beso grande que te llegue al corazón
Ana
Qué lástima quedar reducida a la condición de especimen coleccionado bajo el rótulo de "blatta orientalis", aunque se trate de cucarachas de mierda.
Coincido con los compañeros que te han comentado. Un hermoso, entrañable y poético relato sobre un ser tan aversivo como una cucharacha.
Un abrazo.
Por más que lo intente...no me enternecen las cucarachas! jajajaj... aunque sean protagonistas de tan buenos relatos! jajaja
abrazos!
Sentido homenaje a la ínfima y denostada cucaracha. Sentido por los olores que he olido, penetrantes, por la vista desde ojos pequeños de una cocina, por la corta vida llena de peligros de angustias, y una pizca de amooor ¿nooo? con el chico cucaracho.
Siii, Rosita, bello epitafio.
Aingggg, Alfredo, casi he escuchado ese sonido característico, cruel, ayyy. Demasiado poderio tenemos y si se ajunta el bicherio las pagamos todaaas. Piénsatelo dos veces, no llegues a la tercera.
Declaro mal me duela, que de todo el bicherio el que más repelús me provoca, jústamente es la cucaracha, algo visceral, irracional, informal y carcamal.
Sin embargo he aquí mi particular homenaje:
"la cucaracha, la cucaracha, ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene, marihuana que fumaaar" qué dulce tonadilla.
Besitooos con ojos tapados para ni ver de lejos a ese bicho, ayyy, ni en sueños.
Hola Rosa
Hacía tiempo que no leía tus relatos, y como siempre me ha encantado.
Maravillosa manera de relatar la historia de ese bicho tan desagradable, casi hasta consigues que me de pena. Pero solo casi, creo que yo seguré llamándole bicho asqueroso.
Preciosa la forma de escribirlo
Un beso de Mar
En compañia de una cucaracha has logrado que me reconcilie con semejante bicho? Ahora? cuando parte de sus efluvios quedaron estampados debajo de mi zapato? uff,demasiado tarde
cariñitos
No tengo más remedio que repetir lo ya dicho en anteriores comentarios, precioso relato el que nos ha hecho esa cucaracha tan especial con tan desarrollada sensibilidad poética.
Pero me temo que si veo una por la cocina no creo que le pida el curriculum antes de arrearle un zapatazo.
Lo tuyo es excelso.
Mis respetuosas felicitaciones por escribir tan bien.
cariños
en algun0s lugares de esta casa que me deja vivir en ella, al ampar0 de la 0scuridad, a ampar0 de l0s sienci0s, de vez en cuand0 rec0rrel l0s suel0s y las paredes un par, a l0 su0 un par, de cucarachas...
he de rec0ncer que me pr0ducen verdader0 asc0...per0 abes, cuand0 en las muchas n0ches en que me levant0 para calentarme un breve vas0 de leche, si n0 las ve0, c0m0 que una especie de tristura p0r la falta de campañrism0 n0cuturn0 m atraviesa la alma...
p0n una cucaracha en tu vida...
medi0 bes0.
¡Me dejas sin palabras!¡Qué bien escribes! Oye, de verdad, me ha encantado tu texto.
Un saludo y hasta la próxima. ¿Este jueves?
Mar
Publicar un comentario