Yo te creía cepa virgen,
navegable reguero de dulce savia,
amalgama de sol, tus brotes.
Yo te intuía melosa luz,
racimo tardío,
maduro placer que se nutre de la tierra.
Yo te sentía raíz de mi centro,
quiebro de abrazo,
sarmiento, cáliz.
Cárdena sed, tu roce, en mi vida.
Pero…
Resultaste ser la obra del labrador torpe
el crujir del surco pariendo la parra amarga,
la uva de saldo en el mercado,
el vino bastardo para la borrachera inútil.
Limo,
grieta en el cuenco vacío del deseo,
brindis ciego para la alegría,
tronco seco a pesar de la primavera,
fuego fatuo
humo
ceniza
Nada.
5 comentarios:
...y, es que a veces uno se engaña y piensa que es lo que en realidad no es.Abrir los ojos a tiempo es una necesidad imperiosa para escapar de esas trampas.
Un abrazo.
rosa de los desastres, esta vez el apellido que te has puesto y el que yo tiendo a distorsioner, es tan tan verdadero como las ensoñaciones frustradas al tacto, a la tangibilidad....
nada...humo...
te propongo que congeles el humo y al menos este no...no se escape, iba a decir...pero, no...el humo ha de ser eso,, humo que se va por entre los aires con viento fresco...
mil besos..
desordeno versos de un amigo que desconozco:
raíz en mi centro,
racimo tardío,
amalgama de sol, tus brotes.
cepa virgen y oscura,
maduro placer que se nutre de la tierra,
sarmiento, cáliz.
Anónimo... no entiendo que me quieres decir con tu comentario. De todas formas, te doy las gracias por visitar mi espacio.
Un saludo
Rosa, gracias a ti por tus hermosos versos. Tan sólo he escogido los que me han resultado más hermosos y los he combinado de una manera que me resulta armónica, musical y constructiva. Abrazo,
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