miércoles, 17 de julio de 2013

Este jueves, hay que arrojar monedas al pozo de los deseos




"El guardián del agua"


Mientras recogía las monedas, pensó en cuánto costaban las ilusiones, 
en cuál era el  precio de los deseos que susurraban en el brocal  del pozo la gente desahuciada de  certezas.
Perdida  voz de los helechos que custodian el venero,  silencio tallado en la oscuridad de la piedra. 
El eco, oráculo maldito, le recuerda  el engaño.
La sombra cubre las respuestas,  hay que esperar a que la luna llena se mire en el fondo para arrojar las monedas con los ojos cerrados…
Él era el guardián del agua, sólo el guardián del agua,
pero no el responsable de que los sueños se ahogaran en ella.





18 comentarios:

Juan Carlos Celorio dijo...

La gente desahuciada de certezas se aferra al azar del deseo y el guardián del agua, escéptico, realiza su trabajo exento de responsabilidades.
Me encanta la idea.
Creo que hiciste bien en regalarme aquella última frase, en tu relato no la veo.
Muchos besos, amiga.

San dijo...

El tenía su misión, de lo demás. poco podía hacer. Es asi la vida, uno puede con su carga, y cada quien con la suya.
Cuando nada se tiene, todo se desea.
Besitos Rosa.

Cristina Piñar dijo...

Él bastante hacía con cumplir su misión. Da pena pensar cuántos deseos se ahogaron en aquel agua. Muy bonito, Rosa, como siempre. Un beso.

miralunas dijo...

ups! qué precioso!
le he hallado una romántica belleza,una sutil melancolía.
me ha encantado!

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Sueños de muchas almas que confían en algo del más allá que resuelva sus problemas,mientras tanto este guardián resuelve los suyos.
Muy bien narrado
Un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

La luna lo sabe, ella guarda los deseos, el guardián está exento de cualquier sueño y es la cara dura de lo cierto.
Excelente amiga, existen tantos pozos como deseos, felicitaciones y besitos.

Manuel dijo...

Precioso contrapunto de escepticismo frente a los deseos imposibles pedidos al pozo.
Un beso

Sindel Avefénix dijo...

Los deseos dejado a manos de alguien que tiene otras tareas, la necesidad de creer en algo y que ese algo se apiade de esto. Poético, hermoso, un gusto leerte Rosa.
Un abrazo.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Oscuros pensamientos intentando calmar sus culpas...
Muy bueno.
Un abrazo

Alfredo dijo...

Es cierto, los deseos se ahogan, aunque sean las monedas las que se sumerjan perdidas en el fondo.
Deseos y monedas, que cerca y que lejos los unos de las otras.

Besos

Tracy dijo...

Un pozo lleno de poesía y belleza.

Auxi Gonzalce dijo...

Inquietante historia llena de metáforas, que pasea por las fronteras del romanticismo.

Un abrazo

Matices dijo...

Esas monedas que se hunden en búsqueda de deseos para dar...
El guardián a su trabajo... esto me recuerda a lo que vivimos, la despreocupación ante las necesidades de los demás.
Me encantó!
Besos

casss dijo...

Es verdad Rosa: ¡cuánto cuestan las ilusiones! y ni siquiera el guardián puede hacer algo por ellas, ni siquiera los que más nos aman.

Un regusto melancólico que brota siempre con belleza de tus palabras.

Besos

Charo dijo...

Muy bonito pero con un regusto de tristeza...ver tantas esperanzas que no se cumplirán...

LAO dijo...

me gusta como escribes Rosa, y lo de "hasta que se mire el rostro la luna" sin palabras que agregar, un gusto leerte....

JACC dijo...

Un guardian del agua impotente por no saber satisfacer los deseos... Enhorabuena

Fabián Madrid dijo...

De que los sueños se ahogaran... o se cumplieran.
Un beso.