miércoles, 11 de septiembre de 2013

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Arrugue el periódico como si me estuviera exprimiendo la vida con la sumisión impropia de una mujer  sin lugar.
La tía Teresa atendía a la clientela de su bazar y envolvió unos vasos de cristal en las hojas que minutos antes  decidían mi destino.
-Mira sobrina, decía el tío Marcial poniéndome la noticia de tinta ante  mis ojos incrédulos.
Leí:  "Caballero de 50 años, divorciado, educado, atractivo, con buena posición económica y social, desea contactar con señora o señorita  entre 30-48 años, sin cargas familiares, con amplio nivel cultural, buena presencia y educada que le guste la aventura para realizar un viaje en yate alrededor del mundo."
Hasta ayer, mi hogar fue un  internado francés  para huérfanos ricos.
Tengo veinte años, aunque parezco mayor, según me vista de Chanel o de Dior,  una educación exquisita, hablo tres idiomas y dicen que soy bella como lo era mi madre…
Mis tíos han concertado una cita con el caballero del anuncio.
Nos convenimos, dicen.
Negocio cerrado.
Llueve.
El sombrero  me oculta la mirada turbia por el llanto…
Vomito, asomada a la popa del yate de lujo, todas las caricias  regaladas.  
Recorre mi mundo y yo el suyo, sin encontrarnos...
Este viaje no termina nunca.

A mis 57 años, cansada de fingir  amor en cada puerto. A sus 87 cualquier brújula vale para señalar el vacío.  

19 comentarios:

tereoteo dijo...

Triste enfoque el tuyo... eso de que te "arreglen " la vida ni aunque sea en yate.
Besos!!

Leonor dijo...

¿Por qué no se ha quedado en algún puerto? Lleva perdidos 30 años de la vida, irrecuperables. Es una historia muy triste, "vomito, asomada a la popa del yate, todas las caricias regaladas". Muy triste pero preciosa.

Besos.

censurasigloXXI dijo...

Jopé, qué drama, la pobre!

Podría haber aprovechado y liarse con el grumete, seguro que era más joven...

Muy bueno el enfoque, Rosa. Bravo.
Besito y café.

&& dijo...

Rediós, he visto esas uniones amañadas que nos remiten a épocas pasadas, al menos en esta cultura. Pero ya no sé qué decirte.

Un beso

Anónimo dijo...

Los ricos es que no se mueren nunca????
Desde luego a ella la vida regalada le salió muy cara!

LAO dijo...

es trata de soñar, no de que se produzca un milagro. ¡Gran relato Rosa!!

Tracy dijo...

"Brújula para señalar el vacío", ¡qué buena frase...

Encarni dijo...

Esto es lo triste de los matrimonios de conveniencia, pero lo peor es andar perdidos en mitad del océano tantos años...

Triste pero bello como lo cuentas.

Un beso.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Amores por conveniencia, mala cosa, al final la cosa estalla y acaba mal, no se puede aguantar toda la vida.
Buena versión
Un abrazo

Anónimo dijo...

Continuamente se producen atentados contra la libertad individual. Un matrimonio amañado, tan común en otras épocas, atentar contra la libertad de amar, es uno de los más sangrantes.
Un fuerte abrazo.

Alfredo Cot dijo...

Buen texto, se palpa la resignación. Toda una vida contratada a la espera de un milagro que no se produce.
Besos

San dijo...

Se pega a la piel la tristeza de esa vida comprada.
Un texto realmente bello Rosa.
Un abrazo.

Charo dijo...

En un primer momento se vio obligada pero después debería de haberse rebelado e intentar salir de esa situación. Muy bien mostrada la tristeza infinita de la joven, con la lluvia, las lágrimas bajo el sombrero y los vómitos.
Ahora no existen estos matrimonios sin embargo si hay otros de mujeres sudamericanas que se casan con viejos a los que no quieren por salir de su país, me parece una situación muy parecida.

Juan Carlos Celorio dijo...

Y es que no es oro todo lo que reluce, aquí tenemos esa otra cara de esa codiciada moneda.
Besos.

Gaby* dijo...

A ver... cómo decirte que se me ha puesto la piel de gallina?
Tu forma de relatarlo, magistral! la historia? duele hasta lo hondo. Pero no hay que cerrar los ojos ante ciertas verdades, crudas y crueles. Cuántas vidas se sellan con este tipo de pactos y conveniencias haciendo a un lado las verdaderas querencias del corazón? Triste pero muchas veces cierto.
Cómo me gusta leerte!
Besos!
Gaby*

Sindel Avefénix dijo...

Triste destino el de esa mujer, vivir al lado de alguien sin amor y por obligación debe ser angustiante.
Un relato diferente que me gustó mucho.
Un besote.

Auxi Gonzalce dijo...

Por desgracia, todavía son muchas las mujeres que se ven condenadas a matrimonios concertados y vacios...

Triste relato...

casss dijo...

Tu última frase lo define de forma perfecta...la brújula que apunta al vacío!

Original, inspirador de sentimientos varios.

besos

Matices dijo...

La vida solo se vive una vez y si espera que le caduque el amigo, parece que mal. Pues eso, a perder la brújula ¿no?
Un beso, guapa!!