miércoles, 4 de septiembre de 2013

Relato para el jueves: "El olvido"




-No es sitio éste para olvidar algo así-  me dije mientras observaba  incrédula el asiento.  Miré a un lado y a otro pensando que sería la obra de un bromista y  yo, la víctima de una de esas cámaras ocultas.
Hacia la mitad del trayecto y alterada  por tan inusual acompañante de viaje, me acerqué al conductor para comentarle lo que quizás fuese un olvido de otro pasajero. ¡Me miró de un modo... el niñato!
Me senté en otro asiento y miraba de reojo por si seguía allí.  
¿Es que acaso nadie lo ve?  Me asustaba tanta normalidad.
En los asientos traseros se había sentado un grupo de gente joven, ¿no es extraño que les hubiese pasado desapercibido tal cosa?
Empecé a preocuparme, a menguarme en el asiento, a esconderme tras mis gafas oscuras y a contar de dos en dos las calles  que aún me separaban hasta llegar a mi casa.
Cambió el color del semáforo y  el conductor frenó bruscamente. Los pasajeros aturdidos por el vaivén nos acomodábamos de nuevo. Seguía allí. Sin inmutarse. Es decir, se había resbalado hasta el  filo dejando aún más desierta la posibilidad de que alguien  lo cogiese.
Decidido. Me lo llevo a casa y mañana acudiré a la oficina de objetos perdidos.
Lo depositarán en una  estantería etiquetado, o quizás lo encierren en una caja metálica, o con suerte, lo pondrán en la vitrina  y enseguida, veras como enseguida viene el dueño… ¿pero y si no tiene dueño?
Otra vez la angustia. Intermitente.
El conductor mastica chicle y menea la cabeza al ritmo de una música machacona.
¡Me miró como si estuviera loca, el niñato!
Y todo porque quise ser una usuaria solidaria con los olvidos ajenos.
Ya, ya sé que no es sitio éste para olvidar…  un  inquietante ojo de cristal azulado.









18 comentarios:

censurasigloXXI dijo...

No me hacía mucha falta porque con él no veo, ya tengo el otro sano; además ¿los de la óptica no se dieron cuenta de que mi otro ojo era marrón?

Un abrazo, compi.

LAO dijo...

este si que es un olvido original Rosa!!!

Leonor dijo...

Qué desavío porque aunque sea para rellenar...y qué malage el niñato del autobús!

Besos.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Podría el comienzo de la historia de La Dimensión desconocida. El tan peculiar objeto olvidado quien sabe por quien podría tener una visión más que normal. Podría permitir vislumbrar algo misterioso. Hasta que al final aparecería el dueño misterioso en busca de su objeto perdido.

Anónimo dijo...

jajajajaja ¡que susto!

San dijo...

!Pobre! que mal rato, jajaja, Me he divertido con este olvido.
Abrazos Rosa.

Charo dijo...

jajajaja qué bueno!Es el relato más divertido de toda la convocatoria, aunque si lo pienso bien, tal vez no sea para tomárselo a risa, quién sabe las circunstancias en las que fue a parar el ojo ahí?Gracias por participar Rosa, un beso

Tracy dijo...

Jajajajaja, sin duda no lo echaría de menos como yo a mis gafas.

miralunas dijo...

y la miró como si estuviera loca, el niñato! habrase visto tamaña descriminación de los sensatos!
un abrazo

Encarni dijo...

Buen giro Rosa, mientras leía casi me asusto y todo, luego pienso que la solidaria de objetos perdidos es una amante de los objetos ajenos, jeje, y por último el final brillante :)

Original el olvido.

Un beso

Maria Liberona dijo...

buen final....

Sindel Avefénix dijo...

Estuve tensa durante toda la lectura y queriendo llegar al final para saber que pasaba, cuando lo hice me sorprendí y me divertí.
Muy bueno Rosa!!!
Un besote.

Lupe dijo...

¡Menos mal que encima no le hizo un guiño a tu protagonista!

Me has mantenido en vilo hasta el final. Imagino ese ojo rodando por el asiento trás el frenazo del niñato ese...¡OOOOOH!

Sensacional, Rosa. Sensacional.

Un abrazo.

Lupe



Alfredo dijo...

No, no es sitio, efectivamente. Pero recapitulemos... ¿Cuántas sidriñas llevabas entre pecho y espalda?

Besos, amiga.

Juan Carlos Celorio dijo...

¡Ay Dios!
Acabas de hacerme descubiri algo que no sospechaba, me ha dado mal rollo, yo no o habría cogido ...
Y el propietario, por ahí, sin su complemento ocular.
Besos, amiga.

Matices dijo...

Me has arrancado una sonrisa. Siempre que se pierde algo sienta regular, pero algo tan necesario...
Ahh, llevas razón, se me olvidó entrecomillarlo pero en el pueblo todos lo nombraban así "Sanjuan", lo cierto, es que nunca encontré al santo.
Besos, amiga

María José Moreno dijo...

Bueno, muy bueno jajaja la pobre no me extraña que se sintiera mirada. Me encantó. UN beso

casss dijo...

Tragicómico aporte que nos arranca una sonrisa.
No sería que le dijeron que el viaje costaba un ojo de la cara y se lo tomó en serio....?

besos!!!