jueves, 17 de abril de 2014

Segundo premio de relato breve "Turismo del Vino"

La organización del certamen, daba una frase de inicio. (la que está entrecomillada) Como podéis ver, la frase daba para sacar punta al humor, pero ya me conocéis...yo hago un drama de tó.








La mordaza

“Estaba deleitándome con un vino de Navarra cuando sonó el teléfono. Me pasó el inalámbrico y me dijo: es mi madre. Dice que ha encontrado una botella con un mensaje tuyo… “ 
El silencio se hizo denso, difícil de cortar con una simple palabra.
En tropel se me vinieron todas las imágenes de golpe, aquellas que creí olvidadas cuando aliándome con la madrugada y la soledad, escribí esas cosas que gangrenan dentro, vomité letras, arranqué las tiras de piel a mi secreto y me quedé desnuda sintiéndome  la mujer más desgraciada de la tierra.
Mi fachada feliz, guarda la humedad del llanto a solas y mientras él dormía, tantas y tantas veces, yo salía a respirar la noche, a respirar los sueños de los otros, respirar el amor que me fue negado, o mejor, que me fue vendido en frasco equivocado, etiqueta con letras doradas  que contenía el veneno de la mentira.
Sentada en la playa, encerrando el grito en el murmullo del agua y una vez vacía la botella  que me acompañaba en mis soliloquios, decidí abrirme al mar con renglones torpes, sangrar azul reconociéndome en las orillas.
Del bolsillo de mi chaqueta saqué una carta de despedida que dejé atada a una caracola, del otro bolsillo dos páginas amargas que introduje dentro del vidrio y taponé con rabia para arrojarlo a la deriva.
No tuve valor para quitarme la vida…pero la botella con el mensaje no tenía vuelta atrás.
Tres años han pasado, la marea devuelve mi grito poniéndolo a los pies de quien le llevó en su vientre.
Hoy sabe por fin de mi condena. Me usó sólo para perpetuar la especie, tierra fértil para callar las bocas que cuestionaban su hombría.
Nació un hijo de la rabia, por él sigo respirando,  perfecta razón  para mi mordaza.
Ahora, mi suegra y yo, tendremos que hablar de muchas cosas.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues debería haber sido Primer premio, que manera de expresar el dolor, que fuerza tienen tus palabras amiga, la resignación es la acción más dura por la que puede pasar un ser humano, no se si yo podría hacerlo. Enhorabuena, el jurado se quedó corto. Ángel.

San dijo...

Rosa el dolor se siente y se palapa, es un relato desgarrador, escrito como tu siempre haces, dentro de la exquisitez de la palabra. Digo como el antarior comentarista, el jurado se quedo una "miajita" corto.
Felicidades guapísima.
Un abrazo.

Amando García Nuño dijo...

Sí, sí tenéis que hablar de muchas cosas. Del vino que le gusta a su hijo, por ejemplo.
Me asombra (y me alegra) que en un certamen "amable" y festivo, con retrogusto comercial, se premie un texto tan hondo, tan potente. Bien por ellos y por ti.
Abrazos, siempre

Leonor dijo...

No tengo palabras de alabanza suficientes para comentar este relato desgarrador. Magistral, Rosa, como nos tienes acostumbrados.

Besos