jueves, 11 de junio de 2015

Este jueves: Pecados capitales



Gula

Va probando todas las viandas, se le sale la comida por las comisuras, la grasa del bocado chorrea sus dedos, con gula se aprieta  en la boca  un trozo de carne, nueces y dátiles,  montañas de fruta, dulces, chocolate rebosan en bandejas de plata. Marisco, caviar, champagne…  La bacanal durará toda la noche.
Las imágenes de un programa de televisión amargan los preparativos.
¡Que desagradable, Bautista, quita eso ahora mismo, que asco, esos niños rodeados de moscas, famélicos, parecen marionetas rotas, dañan la vista!
Un poeta ajeno a la queja, recita:

“Tirante  como pellejo de tambor,
sonando a hambre en el reloj sin horas.
A penas se roza con la débil tela de colores,
su panza negra se sale del esqueleto, pedigüeña.
Grita  la sed y se resquebraja el mundo que cabe en sus pupilas.
Con los labios apretados  cruje la quijada
y se retuerce la piel en la frontera del grito.
Amamanta al aire, mece al llanto, muere  adentro
guardando el turno a la palabra.
A las manos,  cobijo de polvaredas,
vienen a morir los deseos,
hartas de rezo para dioses sordos.”




14 comentarios:

Ester dijo...

La tele no nos deja ni comer a gusto, vamos a tener que cambiar nuestros horarios.
Está claro que el pecador no tiene enmienda
Has tocado la fibra, y el pecado se convierte en un despertar de conciencias. Abrazos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Este mundo nuestro de gruesos contrastes es la prueba palpable de que el maligno y sus pecados existen.
Un abrazo

Tracy dijo...

Esas diferencias abismales entre unos mundos y otrosque nos convierte a tod@s en pecadores de verdad, por no ponerle remedio.

Anónimo dijo...

Sin duda alguna tu texto es el claro ejemplo de la sociedad en la que vivimos, unos comer hasta reventar mientras otros mueren de hambre, comen mientras ven y sienten pena de quien no tiene... una realidad muy triste y dura... que es el pan de cada día...
Besines...

Juan Carlos Celorio dijo...

Qué cierto, Rosa, esa realidad que describes en el poema y esa más que indiferencia con que la contemplamos desde aquí. Bueno, algunos no, como tú has demostrado empatizando con quienes son víctimas de ese mundo injusto.
Besos.

Montserrat Sala dijo...

Un mundo injusto y desproporcionado, Rosa. La avaricia y la opulencia de los ricos, frente a la miseria de los que no tienen que llevarse a al boca. Y luego nos extrañamos que vengan en manadas, centenares de personas en viejas e inservibles pateras.
Pero esta yá es otra histioria que algún dia tendremos que debatir.
Un abrazo y gracias por despertar conciencias.

Sindel Avefénix dijo...

Un lado y el otro del mundo. Un lado al que le sobran cosas que a otros le faltan y los mata.
La avaricia, la gula y la falta de solidaridad (que no es pecado, pero debería serlo).
Me ha tocado profundo este texto, ese contraste, ese dolor final. Uf!
Un abrazo enorme.

Charo dijo...

Sin duda has puesto el dedo en la llaga con tu relato.¿Cómo es posible que existan esos contrastes tan grandes y no seamos capaces de solucionarlos? ¿Pereza? ¿Avaricia? ¿Soberbia?...
Muy buen relato Rosa y la poesía es verdaderamente desgarradora.
Muchas gracias por participar
Un beso

AlmaBaires dijo...

Dura pero real reflexión la tuya. Un texto que deja pensando... llega, toca y hace centro.
Felicitaciones, un gran aporte sin dudas.

Un beso.

Anónimo dijo...

El personaje inicial de tu entrada me ha recordado el chiste aquel.

-"Métete los dedos y vomita si te sientes harto".
- Si me cupieran los dedos me habría metido dos albóndigas.
¿Que te parece la respuesta?.

En cuanto a la segunda parte de tu entrada, por contraposición, decir que produce una tristeza, una impotencia infinita saber que en un mundo con recursos para todos, unos pocos tienen lo que a todos nos corresponde.

Un fuerte abrazo.

Unknown dijo...

Qué triste gula...

Que poesía tan, tan buena, una maravilla.

Muchos besos

Unknown dijo...
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AdolfO ReltiH dijo...

MUY CONMOVEDOR...!
ABRAZOS

yessykan dijo...

Porque la humanidad es tan injusta? Mientras una parte mueren de hambre otra sacian la gula y botan la comida. Me ha encantado lo introspectivo de tu texto.
Besos