Bajar desde tus manos
ignorando la redondez de la tierra,
quedarme en los peldaños de tu mundo
Volar de tus esquinas a tu centro.
Anidar,
regalarme fértil a ti.
Nacerme brotando en tu vientre, sosteniendo el grito
Reconocerme en tu placer
Sangrar azul…
Pensarme música, romper en sonido dulce los arpegios de mi cuerpo,
Pentagrama de piel, arco de luna en la cuerda de mi cintura,
Adagio perpetuo.
Notarme resbalando por tu espalda, como miel de septiembre.
Alimentar tus horas desquitándome latidos
…Si me quisieras.
2 comentarios:
Tal vez, sólo tal vez -eso nunca es fácil saberlo-, te quiere, pero no sabe expresarlo. Hoy se han mezclado nuestros pentagramas y arpegios, aunque con una melodía diferente.
Abrazos.
Qué hermoso, como todos tus poemas, amiga.
BESOS
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