Ayer,
andaba la risa hueca
espantando su alegría.
Hoy acepta
y se amolda al barro de su carcajada.
Mientras la noche,
oscuramente materna,
amamanta lunas con hiel,
su niño duerme entre algodones,
sin nombre con que llamarle,
cuando vacía se despierte,
mañana.
2 comentarios:
Todo en esta vida ha de marchitarse, pero que tristeza cuando algo lo hace sin conocer la primavera.
Un beso.
Es obvio que la adopción provoca una enorme resistencia como alternativa viable
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