domingo, 22 de noviembre de 2009

Mi aportación al recital contra la violencia de género





Mi casa no tiene rejas.
Limita al norte con el silencio,
Al sur sangra con el eco de una palabra:
Miedo.
Por el este, grita el sol algunos días, preso.
Al oeste se pierde un reguero de vida amarga,
que nace de un golpe certero en mi sien.

(Mi niña interior
pinta frente al espejo
con lapicitos de colores
hasta borrar las cicatrices)

Río sin orillas que me arrastra desde tu mano,
a éste ocaso fracasado.
Apago mi sed en tu caricia y me envenenas.
Ensayo mi paso funámbulo por tu vida,
hasta que la muerte nos separe…
Mi casa tiene puertas abiertas de par en par
Al mercado de cobardes.
Ofertan amor a precio de mortaja.
Yo, ciega,
Te mendigo.

6 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

De la mano de un abusador suele haber una mujer que no se valora adecuadamente. El complejo de inferioridad de uno se acrecienta por la baja autoestima de la otra.

La violencia de género y el abuso son realidades mucho más frecuentes de lo que uno se imagina.

un abrazo.

ralero dijo...

Creo -pese a pensar que la violencia carece de género, edad o credo, qué paradoja- que iniciativas de este tipo no es que sean necesarias, es que son imprescindibles. "Tristes guerras, si no es el amor la empresa."

Besos.

Trini Reina dijo...

Magnifico
Seguro que emocionará al público.

Besos

PD: El jueves recitamos en el Mercantil.

Natàlia Tàrraco dijo...

Los puntos cardinales, Rosa, y la niña que eres dibujando, puertas abiertas, miedo...
La violencia, sea del genero que sea, nos viene encima por todas partes, ¿hasta cuando? Ayyy, si el amor pudiera.

jose francsico dijo...

Hasta que la muerte nos separe......?, no, craso error, en
la violencia de gènero, la muerte siempre la separa a ella.
Los lapicitos de colores, nùnca son capaces de borrar ni atenuar las cicatrices interiores, que son las que verdaderamente nùnca se pueden eliminar, dejando entrever esa amargura que refleja la mirada del miedo contìnuo a la sociedad que no vè ni quiere oir los lamentos ajenos a sus pròpios intereses.
Rosa, que decir de tu escrito : simplemente magnìfico.

Mis respetos.

Lupe dijo...

Hola Rosa.

Tu aportación es magnífica, como todo lo que escribes.

Aunque ya hemos adelantado algo, queda mucho por hacer. Entre todos lo vamos a conseguir.

Un abrazo grande.

Maat