miércoles, 16 de diciembre de 2009

Este jueves, un relato



Viajeros del invierno


Me reflejo en el cristal del vagón, lleno, como cada noche. Cada viajero rumia su día guardándose los gestos entre las hojas del periódico gratuito.
Silenciosas y ajenas estaciones pasan de largo, señalando destinos, amontonando pasos, coleccionando esperas.
El extraño del abrigo azul mira al horizonte distorsionado por las luces de Navidad, lo toca desde el vaho de los cristales, lo acerca, como se acerca un abrazo y luego baja en la séptima, como yo. Solo.
La escarcha dibuja cuchillos en las aceras, se cuela en los espejos del agua.
Son las ocho. Tirita el reloj en las pupilas del vendedor de castañas, su sonrisa es un ascua encendida. La calle se alarga, y suena desacompasada la lluvia en los charcos.
El extraño gira en mi misma esquina. Sin evitarlo, se cruza el temblor de nuestra respiración fatigada. Sin mirarnos entramos al portal número nueve. El frío nos arrincona en la soledad sin techo de nuestra casa.
El extraño del abrigo azul duerme a mi lado. Deja un beso de helada costumbre en mi almohada.
En la estación de la felicidad hay un cartel que dice: “No hay billetes”
¿A dónde vamos ahora?

10 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Si no se encuentra esa estación, hay que fabricarla!
Muy buen relato!

abrazos cálidos!

ralero dijo...

Visto así, lo mejor, aunque también quizá lo más difícil, sería coger el primer tren que pasase sin preocuparse mucho de su destino.

Abrazos.

Trini Reina dijo...

Si son dos extraños, lo mejor es tomar dos rumbos distintos. La soledad será la misma, pero pesa menos si sólo se carga la de un@.

Abrazos

Natàlia Tàrraco dijo...

Cada cual detrás del periódico, escondido, el frío entre ellos y fuera, en el andén en las calles, en el portal en la cama, fríío.

Rosa, muuuy bien escrito este melancolico relato, cada sensación y el entorno. !qué frío! Te felicito de corazón, y te envio un tíbio bsito.

Igraine Cubillana dijo...

No hay mayor frío que el que anida en nuestra alma y nuestros corazones cuando al despertar un dia no reconocemos al que yace a nuestro lado... y entonces anhelas la soledad y la calidez de tu propia y solitaria compañia... Muy bueno el relato, muy buena descripcion de sentimientos.... Un beso y un placer leerte¡¡¡¡

Ardilla Roja dijo...

Ojú, niña. En este relato te has salido. Me has hecho tiritar desde este lado de la pantalla.

Enhorabuena.

Un abrazo de abrigo

mar... dijo...

Precioso relato, el frio interior es siempre más intenso cuando se debe a estar acompañada, quizá encontraria más calor si se bajase en cualquier otra estación
Un beso de Mar

Anónimo dijo...

- Métete en la cama, deprisita. Te has tomado ya tu leche. ¡Mira que si no, no te has dormido!
- De leer ahora,...nada.
- Bueno, bueno... ¿Quien le quiere màs a quien?

Tèsalo

María José Moreno dijo...

Eso sucede más a menudo de loq uqe pensamaos. Magistralmente relatado, me ha encantado la resolución, auqnue algo intuí cuando habló del extraño, de su extraño.
Un besazo guapa

Lupe dijo...

Hola Rosa.

Un pulcro relato que narra magistralmente una historia harto repetida.

Pero la protagonista aún pregunta:
"¿A dónde vamos ahora?" (En plural)
¿Tanto lo ama?

Me ha encantado, Rosa.

Un abrazo.

Maat