jueves, 20 de enero de 2011
Antidepresivo
Por aquello de que ir de compras aleja la depresión, mi hermana y yo nos fuimos de tiendas.
Esta vez nos alejamos del barrio, nos permitimos el desliz de irnos a la zona "rica" de la ciudad, a esos sitios dónde te cobran solo por mirar los escaparates.
Tuvimos el trevimiento de no ir adecuadamente vestidas, el atrevimiento de entrar a una de aquellas boutiques a curiosear... Se debia notar mucho que no eramos de la "jet" a juzgar por como nos miraba la dependienta. ¡Que digo mirar, nos estaba fulminando!
Pinta de delincuentes no tenemos, os lo aseguro, pero nos hizo sentir como si fuesemos dos elefantes de lunares rosa (que glamourrrr)
En una de aquellas idas y venidas por la estanterias mirando las prendas, se me ocurre preguntar el precio de un vestido. La chica, con el mas absoluto desprecio nos dijo: "Es caro, es que es de firma"
Por no ponerme a su altura, eche mano del sentido del humor y le contesté: "Aaaahhhhh, ¿y yo pa que quiero un vestido firmao, si no se ni leer?
En fin....pobrecilla, no sabia donde meterse y mi hermana y yo llenamos de carcajadas las calles pijas.
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7 comentarios:
Dime la verdad: ¿Donde escondes a tu Richard Gere? por que, todo eso sucedió con la música de Roy Orbison de fondo... ¡Seguro!
Besos a las dos Pretty Woman, perdidas por el Boulevard del Nervión.
Será tonta'l culo!!!!
Perdón, se me ha escapado, si hablo así no me venderán ni alpargatas de labradora!!!
Besito muerto de risa.
Yo, como Alfredo, he recordado al leer tu texto aquellas dos escenas relacionadas de Pretty Woman, película que, por cierto, no me gustó nada, pero nada.
Aquellos que miran por encima del hombro a los que considera diferentes, casi siempre lo hace por padecer un degradante complejo de inferioridad.
Abrazos.
Pues hicisteis muy bien, yo volveriaa un par de veces por si ponian rebajas :-)
Un beso
Habras podido comprobar que em los Loewes, Hermeses, Diores, Pradas and Company, a la gente que desean y atienden, es la que porta su American Card Platinum, como mágica llave que abre las puertas de esas tiendas de confección ahora denominadas con el afrancesado apelativo de "boutiques", asi que a los modestos moradores de los barrios, para mitigar nuestra "depre", nos debemos de conformar con la terapia que nos puedan proporcionar en los mas ajustados a nuestra "clase", como son los H&M, C&A y similares. Asi que lamento que a dos Sras, como imagino sois tu y tu hermana no os quedara mas remedio para paliar vuestra depresión que recurrir a la autoterapia de mirar los escaparates. Seguro que vuestras respectivas parejas o maridos en el supuesto caso de que los tengais, estaran de por vida agradecidos a tan "agradable dependienta".
Yo me despido como creo que lo debio de hacer ella con vosotras. Hala con Dios.
J.F.
Pésima dependienta la que os tocó en suerte. Debería de saber, para trabajar en sitio tan "distinguido", que a veces las apariencias engañan.
¿Y si hubiérais sido hijas de jeque árabe de petrolífero abolengo disfrazadas con ropas de Zara?. Que dicho sea de paso, también es ropa de firma, aunque algo más plebeya.
Un abrazo.
Rosa querida
Amena y genial relato de instantes que se ríen de esta sociedad de consumo...
Abrazos
Edith
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