domingo, 1 de mayo de 2011

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Se que nunca te has fijado a dónde van, cuando al anochecer los persigue la luz hiriente del faro.
Cegados, se escapan entre los dedos del agua y se dejan morir en la otra orilla…
A quien le digo yo, que me crea, que inundaron mi espejo.
Dejé de mirarme el día en que descubrí en tus ojos, la sonrisa amarga de los peces.

5 comentarios:

San dijo...

Ayyyy!!Rosa que bonito lo dices todo, hasta lo que se escapa entre los dedos.
No dejes de mirarte en el espejo nunca.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Me ocurre con tu entrada como con la contemplación de un cuadro abstracto. Aprecio su belleza, porque es inquietantemente hermoso, pero se me escapa el sentido.
¿Qué representan los peces? esa es la pregunta que me hago.
Un abrazo.

Natàlia Tàrraco dijo...

Peces dando boqueadas en la otra orilla, agonizan en tu espejo, y adquieren una amarga sonrisa que se te escapa entre los dedos, líquida.

Rosa, has trazado un enigma bellísimo de sugerencias, abierto, intrigante, hasta cegarme con la luz del faro y ni me veo en el espejo. No siempre se explican los poemas, quedan en el aire íntimo y nos seducen.
Besito cariñoso.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Siempre me ha resultado muy triste la mirada de los peces atrapados en las peceras...inútil y absurda se los torna la vida.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Por muchas vueltas que dé, este siempre será el árbol que mejor cobije los mejores y peores sentimientos en forma de palabras y Tú, Rosa no tan desastre, quien lo mima y lo sustenta....Una gran noticia que pueda volver a él.

Un fuerte abrazo. Ana.