miércoles, 17 de septiembre de 2008

Te acuso



Fue ayer que te inventé.
Pero hoy, a los pasos contados,
a la luz incontrolable de la distancia,
a los amargos dedos de la caricia,
te acuso.
Que te condenen mi juez de tinta, mis trozos,
mis hojas desordenadas, mis puntos suspensivos...
Y en una cárcel sin renglones, te encierren,
olvidado y roto,
los guardianes inclementes de mi indiferencia.

1 comentario:

ralero dijo...

Hay pocos seres humanos que merezcan ser condenados al olvido. Espero que instruyas bien el sumario y que finalmente la sentencia sea justa.

Cumplir cadena perpetua en la cárcel del olvido puede llegar a ser peor que el cadalso.

Abrazos.