Pesa el rocío cuando amanece,
Viene, agujerea el alba
y criba el invierno.
A veces se queja en mis manos
el sabor a canela de tu recuerdo
Y en la noche me llama para llorar conmigo,
Como un pájaro desorientado,
Tu amor de nadie.
Cuando la razón se hiela, a solas,
cuento atrás,
los sueños que me avalan.
1 comentario:
Mientras nos quede el aval de los sueños...
Un abrazo.
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